Capítulo 51

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No podía creerlo.

Tal vez fue una coincidencia, y Mew sólo había ido por Bright. Eso debía de ser.

De manera temerosa Gulf fue agachando la mirada descubriendo un nuevo girasol en el suelo.

No podía ser un error.

-¿Tú...tú dejabas los girasoles?- Sentía el sonido de sus latidos en los oídos. Fue lo primero que se le vino a la mente en su mar de preguntas.

El mercenario se veía increíblemente rígido, a tal grado de parecer una estatua.

-Sí.- Respondió en todo neutro después de lo que pareció una eternidad para Gulf.

Un sinnúmero de sensaciones recorrió el cuerpo del menor.

-¿Por...por qué?- No podía dejar de tartamudear, todo era tan irreal. ¿Acaso estaba soñando?

-Porque sí.-

-¿Eran para...mí?-

-Sí.-

Gulf empezó a reír de los nervios.

-¿Qué? ¿Por...por qué?- Las respuestas monosilábicas del contrario no le ayudaban demasiado.

-Me recuerdan a ti.-

Un leve sonrojo apareció en el rostro de Gulf al oír aquello.

-¿Hablas de los...girasoles?-

-Sí.-

Kanawut quería desmayarse.

Pero aquellas palabras tan ¿bonitas? Eran pronunciadas por un tenso mercenario, quien seguía sin moverse del pasillo, llegando a parecer incómodo. Lucía como si estuviese en medio de un conflicto interno. El pelinegro nunca había visto al contrario de ese modo.

Sin embargo, acababa de descubrir que Mew era el responsable de los girasoles, girasoles que iban dirigidos exclusivamente a él.

Sólo para él. Para Kanawut Traipipattanapong.

No sabía cómo digerir aquello.

Estaba en una especie de transe.

"Esto es un sueño, debe de serlo." No era raro soñar con algo parecido junto al mercenario, seguramente se había quedado dormido en el sofá mientras miraba la televisión, asociando su gusto por los girasoles en un escenario donde el responsable de las entregas era Mew.

"Aun así...¿Por qué se siente tan real?" Debía tratarse de un sueño hiperrealista, había leído sobre eso en una revista de neurociencia. Ni en un millón de años el Mew que conocía haría o diría algo parecido.

-Oh, ¿Es un sueño, verdad?- Susurró conteniendo la risa nerviosa.

El mayor se desconcertó levemente, sin responder ya que no fue capaz de escuchar el murmullo del contrario al estar metido en sus propios pensamientos. La realidad era que quería escapar de ahí, no sabía cómo reaccionar al haber sido sorprendido. Estaba a kilómetros de distancia de su zona de confort. Contradicciones iban y venían por su cabeza desde el momento en el que comenzó a dejar flores frente a aquella puerta.

"Si es mi sueño, al menos lo aprovecharé." Gulf estaba aferrado a la idea de que aquello era producto de su imaginación.

-Muchas gracias por los girasoles, creo que se volvieron mis flores favoritas.-Sonriendo se inclinó para recoger el pequeño detalle.

Una vez tuvo el girasol en su mano fue acortando la distancia, la cual no era mucha, hasta depositar un casto beso en los labios de un asombrado mercenario. Su sonrojo fue en aumento al separarse de éste.

Adicto a ti | MewgulfWhere stories live. Discover now