Capítulo 57

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-¿¡Que hiciste qué con quién?!- Win exclamó pasmado.

-No…no lo diré otra vez.- Esa reacción era justo la que esperaba Gulf que hiciese el contrario. El rostro del pelinegro comenzó a sentirse caliente.

Los dos amigos se encontraban desayunando, cada uno con su correspondiente tazón de cereal. El castaño había estado algo indagador al ver el buen humor que emanaba de todo Kanawut. Al momento de cuestionarle sobre ello no estuvo preparado para la respuesta que obtuvo.

-¡¿Cuándo pasó eso?!- Win exclamaba, mientras la cuchara llena de cereal seguía a medio camino hacia su boca.

-Ayer en la noche.- Gulf bajó el cabeza ruborizado, cubriendo su cara al rememorar los recientes sucesos junto al mercenario.

-¿¡Cómo entró?!-

Bright, quien se hizo presente ante la melodiosa y resonante voz de su novio respondió a la pregunta.

-Bajó con las poleas que instaló en la azotea, y entró por el balcón de Gulf.- El mercenario dijo como si nada.

-¿Y por qué no me lo dijiste?- El castaño observó, con una leve expresión de reproche, a su novio.

-Lo vi hace menos de cinco minutos en las grabaciones guardadas. Bloqueó las alarmas para que no sonaran.- Con alarmas se refería a los sensores que se encontraban ubicados estratégicamente en cada posible entrada al departamento como medida de seguridad ante posibles emboscadas, sensores que sólo alguien experimentado como Mew o Bright podrían burlar. Bright al terminar de hablar alzó los hombros y se fue, no sin antes agarrar una manzana de la cocina.

“Malditos mercenarios entrenados.” Pensó Win antes de volver su vista hacia su amigo, el cual se encontraba viendo hacia la nada con una boba sonrisa y mirada centellante.

Win suspiró más calmado retomando su desayuno. En un principio quedó anonadado ante la repentina información, sin embargo, sabía que algo como aquello podía ocurrir.

-No te lo voy a negar. De hecho, hoy pensaba hablar contigo sobre eso, de darle otra oportunidad a Tharn.- Habló con la boca llena.

-¿En serio?- Gulf preguntó ladeando levemente su cabeza una vez salió de su ensoñación. Desde el momento en el que despidió a Mew, se encontraba en un estado de estupor que nunca había sentido antes.

-Sipe, debo aceptar que ha hecho varios méritos. Ciertamente aun le tengo algo de recelo, aunque eso no importa pues tú eres el único que decide si darle la oportunidad o no. Lo único que deseo es lo mejor para ti, Gulf. Y si él te hace feliz, mientras no sea un imbécil y te dé tu lugar, yo estoy más que satisfecho.- Le dio una sonrisa sincera.

-Gracias, Win.- Gulf le respondió con una sonrisa mostrando todos sus dientes, aliviado por el cariño y apoyo que le proporcionaba el contrario.

-Ahora que dejamos esa parte en claro…no es por ser entrometido, pero ¿Qué rayos pasó anoche?- La intriga lo carcomía y lo único que sabía al respecto era lo dicho por Bright y el ‘Hicimos el amor.’  que desató toda esa conversación.

-Me hizo llorar.- Fue lo primero que pronunció el pelinegro sorprendiendo increíblemente al contrario.

-¡¿QUÉ?!- “Ahora si lo mato.”

-No, no. Perdón, no me expliqué. Me hizo sentir tan bien en muchos aspectos que lloré de feliicidad…- Y como buen amigo y confidente, Gulf continuó relatando.

Para Win fue inevitable observar cada expresión o movimiento que hacía el pelinegro, éste al no ser alguien hablador relataba la historia no tan detalladamente, pero si lo suficiente como para que se le notase la emoción en cada palabra que pronunciaba, balbuceando de vez en cuando al tratar de decir todo de golpe.

Adicto a ti | MewgulfWo Geschichten leben. Entdecke jetzt