Capítulo 7

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En ese momento todo se paralizó a nuestro al rededor. Sólo éramos él y yo, no existía nadie más. Seguimos disfrutando de la panorámica del paisaje desde las alturas y Cedric jamás dejó de soltar mi mano. No sabía si se trataba de mis sentimientos o fue simplemente un impulso, pero le miré a los ojos sin soltar su mano y me acerque a él lo suficiente para sentir el roce de sus labios contra los míos. No lo pensé dos veces y lo bese. Pude notar su confusión ante la situación porque se había quedado en piedra, pero enseguida sentí sus labios corresponder a los míos. Le besaba con ternura y a la vez con necesidad y él me demostraba lo mismo con sus labios.

—¡Tienen que bajar del vagón ya! —habló alguien de repente, el paseo había terminado, en ese momento ambos nos separamos de golpe con gran confusión en el rostro y bajamos de nuestro lugar. Recorrimos el lugar un largo y silencioso rato, ninguno de los dos decía nada de lo que acababa de ocurrir entre ambos. Sin embargo, yo no podía dejar de pensar en lo que pasó dentro de ese vagón. ¿Qué me hizo hacer eso? Ni yo misma lo entendía, lo único que lograba entender es que ese castaño de ojos azules me volvía loca. Y ahora podía aceptarlo abiertamente.

—Creo que deberíamos regresar, pronto empezará a anochecer. —me dijo Cedric, sacándome de mis cavilaciones.

—¿Tan pronto?

—Sí, recuerda que no es seguro, sólo quiero proteger... —y no le deje terminar de hablar, le tome la cara con las dos manos y lo atraje hacia mí para volverle a besar. Cedric se detuvo, me puso las manos en los hombros y me miró directamente a los ojos, confundido, pero ahora fue él quien me besó de nuevo, hasta que se detuvo. Volteó a ambos lados asegurándose de que nadie nos viera, tomó mi mano y de un momento a otro desaparecimos y nos encontramos en la sala de mi casa, estaba sintiendo tantas cosas en ese momento que ni siquiera sentí el movimiento abrupto de la aparición. Lo vi caminar de un lado a otro, en la sala mientras yo lo observaba confundida, se notaba nervioso y algo... ¿Molesto?

—Cedric, ¿Qué es lo que pasa? Si sigues caminando así, vas a terminar por romper el suelo. —le dije divertida, tratando de aligerar la tensión que se sentía en esos momentos.

—Esto no está bien, Grace. —me dijo serio.

—¿Qué no está bien, Cedric?

—¡Esto! Tus padres confían en mí, se supone que yo sólo vine para cuidarte. No puedo traicionarlos así. —dijo serio, el tono de su voz me tensó un poco.

—¡No estás traicionando a nadie, Cedric Diggory! —le dije, ahora un poco desesperada y molesta.

—Sí lo hago, lo hago en el momento que me permito relacionarme de una manera más... Cercana a su hija, esto no está bien Grace, entiéndelo.

—¿Tan desagradable fue para ti, Diggory? ¿No cumplo con los requerimientos de tus otras chicas, es eso? —le dije con rabia y sentía venir un nudo en la garganta enorme. Tenía que controlarme.

—¡Grace, por supuesto que no! Te pido que no pienses eso, por favor...

—¿Y qué quieres que piense? ¡Te beso, lo aceptas, luego me vuelves a besar y ahora resulta que lo único que te importa es otra cosa! —no supe en qué momento empecé a llorar pero me limpie las lágrimas enseguida, no quería que pensara que me volvía completamente vulnerable. En ese momento sentí como me tomó de los brazos fuertemente y me acercó a él.

—Escúchame Grace, lo que pasó entre nosotros fue increíble. Ha sido una de las mejores tardes que he pasado, porque ha sido a tu lado, créeme. —me dijo mirándome a los ojos mientras con un dedo me secaba una lágrima que no pude evitar que se escapara. —Pero no puedo hacerle esto a tus padres, entiéndelo, sólo te meterías en problemas por mi culpa...

—Cedric, bésame...

—¿Q-qué dijiste? —me pregunto, evadiendo por primera vez mi mirada.

—¡Te digo que me beses! —le dije firme.

—¡No puedo hacerlo otra vez, Grace! Entiende que trato de evitarte problemas. —dijo nervioso.

—¡Tenías que ser un maldito Hufflepuff! —grité y corrí hacia mi habitación.

—¡Grace escúchame!

Tenía la vista nublada por las lágrimas y la decepción y estuve a punto de caerme cuando sentí que alguien me tomó del brazo. Cedric me acercó hacia él y me besó. Estaba tan enojada que no le correspondí el beso y lo empuje lejos de mí, pero él se volvió a acercar, me acorralo a la pared de mi habitación y volvió a besarme. Yo traté de quitármelo de encima pero al final no lo pude evitar y terminé cediendo ante él. Estuvimos así por unos minutos y luego él volvió a separarse de mí, para verme directamente a los ojos. A este punto pude sentir que ya tenía la cara empapada y limpie mis lágrimas con fiereza.

—Escúchame Grace, me gustas y siempre me has gustado, desde que éramos niños. Dije que te superé, pero la realidad es que no es así. No te he superado. Me encanta tu sonrisa y me encanta cuando ríes porque me llenas de una completa felicidad. Aún más si la persona que provoca esas risas, esa sonrisa, soy yo. Y no tienes idea de cuanto tiempo espere un momento como el que tuvimos el día de hoy en el vagón. —dijo viéndome a los ojos.

—¿Entonces, por qué me rechazas?

—No te rechazo, Grace, créeme. Pero no es correcto... Que suceda algo entre nosotros. —dijo firme pero pude notar tristeza en sus ojos.

—Bien, entonces déjame en paz. —me voltee y abrí la puerta de mi habitación.

—Grace, por favor... No quiero que terminemos el día así...

—¡Tú ya arruinaste todo, Cedric! —le grité y cerré mi puerta de un portazo.

Seguía escuchando como gritaba mi nombre y tocaba mi puerta con ímpetu, pero no quise abrir, no quería escucharlo, ya no había nada que decirnos. Él me había rechazado y me negaba rotundamente a que me volviera a humillar. Pero no lo podía negar, me sentía completamente decepcionada.

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¡Holaaa de nuevo! Aquí está el segundo capítulo del día de hoy, espero poder actualizarles muy constantemente estos días. Gracias por su apoyo <3. -Pao

𝐘𝐄𝐋𝐋𝐎𝐖® - 𝘾𝙚𝙙𝙧𝙞𝙘 𝘿𝙞𝙜𝙜𝙤𝙧𝙮Where stories live. Discover now