14.- Mikasa

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Gracias al rayo de sol que se colaba entre el espacio olvidado por las notoriamente pesadas cortinas fue que pude contar un mes entero, un mes que pase encerrado en esa misma habitación; mi contacto con lo que había del otro lado de la puerta se reducía a 3 visitas por día, todas de mujeres beta vestidas totalmente de negro con el cabello pulcramente recogido, y, a pensar de que llevaban barbijos cubriéndoles la mitad del rostro podía jurar que nunca eran las mismas, 3 nuevas personas por día.

Estas personas se encargaban de limpiar, alimentarme, prepararme la bañera e incluso acerarme y vestirme ellas mismas, y no porque yo no supiera hacerlo solo, sino porque era incapaz de moverme correctamente la fuerza de mi cuerpo me había abandonado después de la segunda semana convirtiéndome en peso muerto a causa de algo ajeno a mi fuerza de voluntad, y aunque seguramente representaba un trabajo desgastante y molesto no parecía representar un problema para ellas ya que eran tan agiles y cautelosas que parecían irreales, como si hubiesen nacido para esto, hacían su trabajo sin emitir ni una sola queja, ni un solo ruido.

Los primeros días mi desesperación por entender que estaba pasando me llevaba a pasar horas cubriendo mi rostro en llanto, y ellas solo se limitarían a limpiarme las lágrimas y a verme con unas miradas vacías e inexpresivas que aprendí a imitar, la realidad fue dejándome de a poco hasta que fui capaz de conocer al tiempo como una entidad imponente e insuperable, quien el al verme tan vacío y aturdido por las drogas, que entraban a forma de nubes espesas por la ventila todas las noches al caer el sol, se había apiadado de mi haciéndome un préstamo con fecha de vencimiento indefinida, los segundo, los minutos y las horas dentro de este espacio me pertenecían, solo a mí y a mis pensamientos.

Aunque solo me servían para repasar mi vida una y otra vez sin descanso, considerando los "hubiera" y los "quizás" inútilmente, los recuerdos invadían mi cabeza como la espuma que subía formándose rápidamente compuesta por cientos de pequeñas burbujas de momentos que no volvería a vivir y que no había manera de cambiar, atormentándome al mismo tiempo que me hacían sentir pleno al saber que, habían sido estos los que me habían construido como el ser humano que ahora era, aunque, nuca estaría cien por ciento seguro de que tan buen ser humano era o si es que todo había valido la pena como para que ahora estuviese en esta situación.

A estas alturas el color marfilado del techo y los muebles antiguos obviamente costosos eran mis únicos compañeros, incluso las partículas de polvo que flotaban sobre mi dejándose ver solo por la luz tenían más humanidad que yo mismo, ya ni siquiera me molestaba en hacerme preguntas, tener dudas ya no era importante, seguramente para este punto mis preguntas carecerían de sentido al igual que mis palabras y estaba bien, porque si me comía la cabeza con ellas seguramente cuando las respuestas llegaran me sentiría muy decepcionado.

Eventualmente el no saber nada de Armin paso a segundo plano cuando la voz del aquel hombre resonaba del otro lado de la puerta amenazando con entrar y hacerme pedazos, pero jamás lo había hecho, a veces solo permanecía pegado al otro lado de la puerta respirando tan fuerte y pesado como sus pulmones se lo permitían, y otras parecía estar acompañado por la misma mujer de aquella ocasión, no le había vuelto a ver la cara ni tenerlo tan cerca desde esa vez, quizás había algo que le impedía hacer una movida más arriesgada y podría jurar que era su propio orgullo.

Creí que desperdiciaría más mi valioso préstamo contando los días por el espacio en las cortinas encerrado en este lugar hasta que un cambio inesperado ocurrió...

Una mañana, a lo que quería deducir era la misma hora de siempre, mi primera visita llego, alguien diferente, nada nuevo, lo que si era nuevo era que no se trataba de una beta como parecía ser costumbre, sino que era una mujer Alfa muy diferente a la primera que conocí aquí, quien solo traía una bandeja plateada con una jarra de agua y un vaso de cristal.

Carry you (Omegaverse)Where stories live. Discover now