Capítulo 27

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Como cada miércoles aquí estoy saludándoles, sólo tengo mucho agradecimiento con ustedes. No les retengo más, disfruten la lectura y los QUIERO!💞

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Los pocos días que quedaban de febrero atacaron con más vómitos, náuseas y mareos a Rey. Su querida pareja se levanta de inmediato en cuanto la oía desde la cama, se despertaba tan rápido como sus ojos le permitían e iba al baño para recoger el cabello de ella y frotar su espalda hasta que se sintiera mejor.

—Debes ir al doctor nena,  ¿Cuánto llevas así?—le ayudó a ponerse de pie, luego jaló la cadena por ella y Rey lo abrazo sollozando.—Ey—la envolvió con sus brazos para darle mimos—¿Qué tienes? ¿Por qué lloras?

—No lo sé—sollozo aún más fuerte.

—¿Quieres quedarte en casa hoy? Así descansas un poco, estas muy agotada estos días...puedo llevar a Lucy a la guardería si necesitas dormir tranquila—siguio frotando su espalda.

Accedió a su oferta. Le vendría bien ese descanso para poder estar mejor al fin, Ben la cargo como princesa de regreso a la habitación y la dejo en la cama. Tomó las mantas para arroparla aunque no hacía la suficiente falta, la primavera estaba muy próxima.

—Buscaré a Rose para que ella la ingrese a la guardería y la traeré a casa cuando salga, si necesitas algo llámame ¿De acuerdo? Yo cuido de nuestra niña.—le dejo un beso en la frente, vio como sus ojos comenzaban a cerrarse.

—Mañana te autorizaré en la guardería, así no molestamos a Rose—se acomodó bajo las mantas.

Despertarse a las 10:00 am le resultó un gran lujo, noto que su estómago estaba algo revuelto pero no se preocupó lo suficiente. No había nada allí que pudiera votar como hace unas horas, salió de la cama parando unos minutos en el baño. En la cocina se puso manos a la obra para realizar esos pancakes que su cuerpo le estaban pidiendo a gritos, notó que la despensa estaba casi vacía de modo que iría de comoras al acabar su desayuno.
Sació su antojo, buscó en la cómoda su Jean favorito y grande fue sorpresa cuando el mendigo botón se negaba a cerrar. Suspiró agotada de intentarlo, desistió de la tarea y se desiso de sus jeans por uno no tan ajustado como ese, uno de unas tallas más que había comprado cuando al estar embarazada de Lucy los que solia usar le comenzaban a molestar. Recordó esa época, los síntomas.

"Momento" pensó, "Oh por Dios" casi gritó mentalmente.

Estaba tan embotellada en los problemas alrededor de Silverman, que no había tenido el tiempo suficiente para analizar sus síntomas, las coincidencias con aquella época, ni mucho menos que no recordaba su último periodo.

Se dirigió al baño de inmediato, buscó en la gaveta su neceser, lo colocó sobre el lavabo y lo abrió. Esculco varios segundos su calendario donde iba marcando su periodo, era del 2020 pero estaba señalado del 29 de diciembre. Busco el del nuevo año que había comprado, lo tomó pero enero estaba impecable a excepción de los días primero días en rojo que continuaban al anterior calendario. Pasó a febrero, ni siquiera una mísera marca había allí y no tenía caso mirar el mes que iniciaba.

Contó los días en el calendario tratando de recordar en qué fechas y en qué circunstancias había estado con Ben, aún no podía creerlo del todo. Recordó una vez en la que todo había sido tan rápido y envolvente en el estacionamiento del hospital, se habían dejado llevar por lo que estaban sintiendo y por las necesidades que tenian, no pudo recordar si utilizaron el condón o no. Sabía con exactitud que las demás veces si, no tenía la misma certeza sobre esa. Estaba confuso.
Se miró al espejo, los síntomas coincidían, las fechas coincidían y definitivamente a su cuerpo le estaba ocurriendo algo. Se quitó la remera, miró su figura en el espejo. Sus pechos estaban más grandes que antes, se puso de perfil quitándose el jean y bajo la mirada hacia su vientre, no iba a negarse que parecía más hinchada de lo normal. Llevó las manos hacia su vientre bajo, lo noto rígido así que descarto cualquier otra posibilidad de haber ganado kilos por el invierno. Continuó mirándose al espejo, sus manos acariciaron la ligera ondulación en su figura con la respiración contenida, no era el momento perfecto para eso. Lucy tenía 15 meses, no podría con dos bebés a la vez.

Confía en mí [Au Reylo]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant