Capítulo 41: El Ángel Caído que me observa

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Limpiándose la boca lo más decentemente que pudo, Grindelwald, se apartó del baúl del Boggart, el cual volvió a encerrarse en este tras el enorme ataque de risa que provocó el número musical ideado por Harry.

Debería estar orgulloso señor Potter... Logró sobreponerse a un miedo que se remonta a una etapa muy temprana de su vida y de paso se las arregló para dejarme en ridículo frente a los estudiantes... Vaya que tiene un futuro prometedor. – luego de eso, Grindelwald escupió en un pañuelo. – Hermione, me gustaría hablar contigo, mientras que el resto de los estudiantes toma sus pruebas.

Hermione se acercó lentamente a Grindelwald, y susurrando, sonrió.

Mamá se abría divertido. – Gellert contuvo la sonrisa, y comenzó a señalar.

Potter, Weasley, Carrow, Vilma y Liliana Greengrass tomarán la prueba de la balanza. Black, Parkinson, Malfoy y Astoria Greengrass tomarán la prueba de pociones. Jones, Bell, Chang, Diggory, Abbott, Bones y Delacour, ustedes tomarán la prueba del Boggart. – los grupos comenzaron a separarse.

¿Y nosotras? – preguntó Daphne, quien se había quedado relegada junto a Delphini, Luna y Morgana.

Ustedes... La Prueba de duelo... Lovegood y Lestrange primero.

Luego de eso, el mago tenebroso tomó a Hermione del hombro y comenzaron a caminar lentamente hacia el fondo de la habitación, a un pequeño espacio que conectaba con las escaleras que daban hacia la oficina de Grindelwald.

Luna y Delphini se miraron una a la otra, Harry se alejó de su lugar en la prueba de la balanza, intentando llamar la atención de Grindelwald.

Oiga, son mejores amigas, no creo que ellas deban... – sin embargo, fue Grindelwald quien llamó su atención.

Con más razón, Señor Potter... En la antigüedad, las hechiceras no trabajaban juntas por cariño, se protegían una a la otra por mera supervivencia. Cuando los miembros del equipo se traicionaban mutuamente, cada quien dependía de sí mismo... ¿Qué sucedería si alguna de ellas se convirtiera, o fuera manipulada? ¿Mmmh? ¿Le dejarás lanzar el primer hechizo solo porque es tu amiga, porque estudiaste con ella o porque te pasó la mermelada en el desayuno?

Luego de apartarse de nuevo, Hermione y Grindelwald se quedaron hablando en el rincón de la habitación, que daba a dos amplias cristaleras que estaban siendo bañadas por la lluvia e iluminada por los relámpagos.

No te preocupes, Harry.

Luna llamó su atención, y cuando se giró para verla, la mirada se le oscureció, batalló bastante para quitarse de la cara la túnica de Luna, cuando la vio, había entrado en el largo circulo blanco de energía que flotaba sobre el suelo, mientras se quitaba el suéter negro de la escuela, para luego atárselo alrededor de la cintura, mientras sostenía su varita entre sus dientes, mordiéndola desde el mango.

De todas formas... Necesitaba una razón para pelear, para saber quién merece ser la numero dos de Hermione. – dijo Luna, quitando su varita de su boca.

Daphne inconscientemente se mordió el labio, cosa que hizo de nuevo, aún más fuerte, para apartar la vista de Luna.

Oye, Moonny... Sé que a veces se te agrieta un ladrillo, pero no tienes que echar el castillo entero por el barranco... ¿En serio quieres pelear con nosotras porque...?

Daphne se quedó muda cuando la túnica de Delphini le golpeo la cara, quien ya tenía su varita entre sus dedos. Luna quizás se hubiera vuelto loca... pero habría jurado que la madera de la varita se movió, aquella madera que simulaban ser alas cubrió el dorso de su mano, como si fuera una vieja y noble espada francesa.

Hermione Granger, La Niña que Vivió (EN REVISIÓN Y RE EDICIÓN)Where stories live. Discover now