Hay más imágenes para ti (Wanda Maximoff y tú) [MARVEL]

Capítulo 1

La vida en Westview era tan tranquila y pacífica, por eso eligió vivir en ese pequeño pueblo tan encantador. Desde que ___ se había despertado en la cama solo oyó el cantar de los pájaros, el olor a primavera y la amabilidad vecinal invadiendo con calidez su corazón.

Había llegado a sus oídos que unos nuevos vecinos ocupaban la casa de al lado, y sintió la necesidad imperiosa de hacerles una tarta de manzana como bienvenida.

Se aseó y eligió un vestido vichy de cuadros rosa claro. Le tomaba mucho peinar su cabello, ya que era muy rizado y mantenerlo liso y en su sitio era muy difícil. Quería encajar con los demás, tenía conocimiento de que Dottie, su vecina más maliciosa, la criticaba a sus espaldas.

La tarta fue horneada mucho más rápido de lo que creía y en unos segundos ya se encontraba en frente de la puerta de su vecina. La casa era fantástica, incluso las plantas ya estaban en el jardín, florecientes.

Llamó a la puerta con una sonrisa y ahuecándose el pelo. En seguida le abrió una mujer pelirroja de ojos claros con un vestido hermoso y un delantal.

Cuando la observó bien, la sonrisa comenzó a borrarse de su rostro para pasar a un sonrojo... Nunca supo que su vecina fuera... totalmente su tipo. Se puso nerviosa como una adolescente.

—No me digas —dijo ella, cantarina— eres la vecina de mi derecha.

—¿C-Cómo...?

—Oh, Agnes acaba de salir hace un momento. ¿Conoces a Agnes?

___ salió de su letargo. Agnes no le caía demasiado bien, siempre metía las narices en donde no le importaba. Veía que siempre intentaba ser demasiado buena, como si estuviera forzándolo.

—Por supuesto, querida. Me llamo ___, bienvenida al barrio. Te hice una tarta de manzana como obsequio —la cara de su vecina se iluminó como un sol, haciéndola suspirar.

—Oh, no deberías haberte molestado. Yo soy Wanda —la pelirroja tomó la tarta e invitó a ___ a pasar.

___ entró encantada a la casa. Ya estaba arreglada y ordenada y vio a Wanda sin alianza, cosa que la alegró. Estaba soltera.

—Tienes una casa hermosa —___ giró a su alrededor, embobada por la decoración— mi casa es igual de grande, a veces vivir sola se me hace un mundo...

—Oh, yo no vivo sola.

—¿Tienes animales?

—No, vivo con mi marido —sonrió— lo sé, no tengo alianza, es que... están ajustándome el tamaño del anillo, sí.

___ musitó un "oh" escueto. Así que no estaba soltera...

Wanda observó su rostro y la forma de su cuerpo. Eran casi de la misma altura aunque ___ tenía varios kilos más. Su pelo estaba liso y ahuecado pero era rizado, no podía tratar de ocultarlo. Sus labios eran gruesos y brillantes, y lo más interesante es que uno de sus ojos tenía una veta de color castaño bastante definida, mezclándose con el ámbar de su color original.

—¿Y tú no estás casada, entonces?

—No —___ tuvo una sensación amarga, aunque no supo por qué— es un poco difícil encontrar pareja para mí.

—No pierdas la esperanza, vecina —la animó.

___ le sonrió ampliamente, resaltando más así sus ojos almendrados. Wanda le sonrió de la misma manera, era hermosa y muy simpática. En un momento, llamaron a la puerta.

—Debe ser Agnes. ¿Quieres quedarte con nosotras? Vamos a mirar revistas.

—No, gracias. Tengo cosas que hacer.

Wanda abrió a Agnes y ___ se marchó a casa. Ella la observó de reojo y luego entró a casa de Wanda.

—Qué amables sois todos en este pueblo.

—Tienes razón, ___ es encantadora —Agnes se sentó en el sofá y Wanda le hizo compañía— ¿Empezamos?

...

Wanda salvó un poco la cena del jefe de Visión, el señor Hart que vino junto a su mujer, con la tarta de manzana de ___. El pastel estaba realmente buenísimo.

—Es usted una excelente repostera, Wanda. La tarta es exquisita.

—Sí, tiene el punto justo de canela, como a mí me gusta —añadió el señor Hart, apoyando a su mujer.

—La verdad es que me la ha traído una vecina.

Wanda comió la tarta en silencio. Estaba muy buena, pero tenía un toque que la reconfortaba. Era como probar un plato preparado por una persona que la quería mucho. Agradecería a ___ en cuanto pudiese.