Capítulo 26

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Sasuke cumplió con lo que advirtió

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Sasuke cumplió con lo que advirtió. Estoy sola en este departamento desde hace tres días. Y desde entonces no puedo dormir, me siento como una intrusa, ya no quiero estar más aquí. 

Una ráfaga de aire frío no me deja pegar el ojo. La cortina se mueve gracias a eso y me desespera tanto que no me veo en la necesidad de ponerle fin. Cierto la ventana molesta, no se si con el aire, la venta o conmigo por ser tan necia e indecisa. 

Son las dos de la mañana según mi reloj. No he dormido nada, tal parece que le daré la bienvenida a una ojeras de muerta y aún estado emocional de los mil Diablos. 

Quiero regresar a la cama pero la luz de la sala entra por debajo de la puerta. Me resulta extraño porque estoy completamente segura de que apague todo. Salgo de la habitación y antes de quedar de nuevo en la completa oscuridad me aseguró que la puerta principal está cerrada y así es. 

Me doy media vuelta y suelto un grito gracias al susto que siento. 

—¿Qué estás haciendo aquí? 

—Quería verte pero como no respondes mis llamada, irrumpí en tu departamento. 

¿Como rayos entró, si la puerta no está forzada? 

—Este lugar no es mío. No es buena idea que estés aquí, Indra. Vete por favor. 

—Ya sé que le pertenece a Sasuke Uchiha. No olvides que yo se todo lo que tengan que ver contigo—comienza a caminar hacia mi. 

Sus pasos son lentos y cuidadosos, sabe que no puede hacerme daño sin que me defienda. Sin bajar la guardia visualizó las llaves de la puerta y me arrepiento de haberlas dejado sobre la mesa. Es imposible llegar a ellas sin que él me ataque. 

Tengo mucho miedo, pero no puede paralizarme si quiero salir viva de está. 

—No me tengas miedo, hermosa. 

—No te acerques. 

—No haremos nada que no hayamos hecho ya. ¿Recuerdas esas noches se sexo imparables? Te necesitó—sonrió, pero me causó tanto temor. 

Se tambalea un poco al caminar. Noto como les cuesta enfocar la mirada sobre mi. Está desalineado, con la ropa arrugada, despeinado. 

De nuevo buscó un indicio de ayuda, mi vista recorre la zona y encuentro una botella de alcohol y un sobre de droga sobre la mesa. 

—¿Porque no vas a casa? —trato de demostrar el menor miedo posible—. ¿Quieres que llame a alguien? Puedo hacerlo. 

—Quiero que te quedes… ¡Quieta! —se lanza sobre mí, corro y me atrapa la cintura. 

Pataleo y manoteo golpeando todo lo que pueda. Que es nada. 

—¡Suéltame! —no funciona mi orden hecha súplica. 

Dormiré y te soñare. [Libro 1] [√]Место, где живут истории. Откройте их для себя