ʟᴏᴠᴇ ʙʏ ᴄᴏɴᴛʀᴀᴄᴛ

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 26.

Harry no había ido a trabajar por dos semanas.

Sus herramientas esenciales estaban aún recuperándose porque si, Harry utilizaba las manos para amasar la masa en su dulcería - panadería.

- ¿Cómo siguen tus manos? - preguntó Louis mientras le quitaba las vendas para ponerle unas nuevas.

- Ya no me duelen los nudillos.

- Eso es bueno. - sonrió Louis besándole ambas manos. - ¿Podríamos... Podríamos ir a la playa?

- Lo qué tú quieras, solecito.

- ¿Solecito? - sonrió Louis.

- Umju, porque iluminas mis días.

- Dios, Harry. Eres un maldito cursi.

- Y tengo un montón de apodos cariñosos para ti, Boo.

- Yo sólo te digo, love, darling, Hazz y Hazzie.

- Y me encantan, Lou.

Louis sonrió de nuevo.

- Tengo que hablarte de algo.

- Adelante.

- Sé que aún no hemos tenido sexo porque siempre nos interrumpen...

- ¿Sí?...

- Y a veces me alegro porque bueno... No nos hemos lavado profundamente ahí...

- Ajá...

- Entonces... Deberíamos lavarnos muy bien, con esas duchas anales para evitar... Ya sabes, accidentes.

- Me parece perfecto, nunca sabremos en qué momento seremos el pasivo.

- No me interesa quien, si me canso, tú me empujas y sí tú te cansas yo te empujo así qué deberíamos hacer esas duchas.

- Tienes razón. - Harry lo abrazó.

- Ya que terminamos con el tema, compré dos, una para ti y una para mí.

- Siempre tan precavido. - sonrió y lo abrazó.

Harry y Louis estaban acostados en la cama.
Había sido un día muy largo para ambos, en especial para Louis.

Faltaba media hora para las doce de la noche.

Louis había renunciando a su trabajo y estaba a nada de ser corrido de su departamento.

- ¿Hazz?

- ¿Umh?

- Sé que no te debería decir esto y me da mucha vergüenza que lo sepas pero... Renuncié a mi trabajo y están por correrme de dónde vivo por no tener el dinero para pagar la renta. Nada está saliendo como yo quiero, no tengo el suficiente dinero como para buscar otro departamento más barato, he hecho muchas entrevistas de trabajo pero no logro convencerlos. No he podido seguir adelante, sigo atascado. Soy un fracaso a mis casi 30 años.

Harry lo miró, Louis tenía los ojos cristalinos. El ojiazul llevaba mucho tiempo guardándose todo para él.

El rizado lo abrazó por la espalda, está vez cambiando las posiciones de la cucharita.

- Lou, no eres un fracasado. Eres increíble y la gente no lo puede ver. Eres la persona más asombrosa que haya conocido y no deberías avergonzarte de tu mismo. Y podrías... podrías vivir aquí conmigo, si quieres. - murmuró tímido.

- ¿En serio? - preguntó mientras se limpiaba su nariz de botón.

- Prácticamente vives aquí, hay muchas cosas tuyas y vienes a dormir aquí. No me malinterpretes, me gusta que estés aquí.