Capitulo 10

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Sesshonmaru se puso de pie cuando vió que la chica salió lanzada contra unos pilares, pero para asombro de los espectadores, se volvió a poner en pie para atacar a Saga, pues de las tres chicas que habían comenzado, ella era la única que no se había rendido aún.

Athena: Es suficiente! - hablo en un tono alto para llamar la atención - dije basta!

Saga y la chica se detuvieron al instante de escuchar la voz firme de su diosa.
Athena descendió junto a Shion las gradas y se dirigió a ellos.

Athena: Cómo te llamas? (Mirándola)
Rin: Mi nombre es Rin señorita Athena!
Shion: Ella, al igual que Seiya y Marín, vienen de oriente, lo más probable es que sea de Japón.

Cuando dijo su nombre no lo podían creer, era el mismo, sin embargo cuando Shion dijo de dónde venía, todos los demás se sorprendieron aún más.

Athena: A que armadura es aspirante está chica? Eh Saga?
Saga: La armadura de Cannis Major!
Shion: Cannis Major? - pregunto un tanto sorprendido - estás seguro?
Saga: Totalmente! Pero aún le falta un poco más!
Athena: Esfuérzate! - ánimo a la chía frente a ella - Saga es un buen maestro, sacale provecho!
Rin: Si, señorita Athena!

Sintió que alguien la observaba fijamente, se dió la vuelta para saber de quién se trataba, y era un hombre de plateados cabellos y ojos color ámbar quien la observaba, al ver esos ojos su mente comenzó a mostrarle imágenes que ella no sabía de qué se trataban, hasta que un nombre vino a su mente.

Rin: Sesshomaru!

Después de decir ese nombre cayó desmayada, fue Saga quien impidió que tocará el suelo, sin embargo Sesshomaru llegó rápidamente hasta ellos y se la quito.

Aome: Sesshonmaru tranquilo!
Sesshomaru: La acabo de encontrar y me pides tranquilidad? - pregunto con irónia en su voz - después de tantos años de espera! (Mirándola fijamente)
Shion: Ocurre algo?
Sesshomaru: Quiero hablar con ella cuando despierte!

Ante la mirada atenta de todos, Saga guió a Sesshomaru a la cabaña de Rin, está última aún iba en los brazos de Sesshomaru.

Aome decidió no ir con él, pues era algo que tenía que hacer el solo, por lo tanto se quedó parada viendo cómo se alejaban. Y después, bajo la atenta mirada de su antiguo grupo se dirigió hacia el arquero, pues recordó que tenían un trato.

Aome: Aioros... Tus heridas!
Aioros: De verdad son solo rasguños Aome! (Nervioso)
Saga: Este no es el golpe que te dió Aioria mientras entrenaban?
Aioros: No toques ese golpe! (Quejándose)

Cuando Saga tocó la zona afectad, el arquero no pudo evitar arquear la espalda por el dolor, haciendo que Aome se preocupara al instante.

Mu: Si necesitas que revisen ese golpe!
Aioria: Lo siento hermano! (Apenado)
Aldebarán: Deja que la señorita te cure, ella te puede ayudar!

Caminaron hasta las gradas y Aioros se seguía negando a qué Aome revisara el golpe.
Se sentó y únicamente limpio y desinfectó unos cuantos rasguños, agradecía que llevarán un botiquín, pues parecía que siempre terminaban heridos, sin embargo al tocar su espalda en la zona del golpe, el arquero de inmediato se puso de pie.

Aioros: Aome en verdad no es necesario que hagas esto! (Nervioso)
Aome: Solo voy a poner un poco de ungüento en el golpe y colocar una venda!
Aioros: Aome...

Los demás caballeros veian con algo de gracia como el arquero se alejaba de Aome con bastante vergüenza, todo indicaba que le daba algo de pena que la azabache se preocupara por curar sus heridas y golpes.

Aome: No te lo voy a decir dos veces Aioros! - exclamo con bastante seriedad - voy a revisar ese golpe!
Aioros: Está bien!
Aome: Muy bien, entonces siéntate para....

Inuyasha: Ah maldición! (Gritando)

Antes de que pudiera decir algo más, a dos metros de dónde estaban se escuchó como algo había impactado contra el suelo, todos, incluyendo a los caballeros, se sorprendieron al ver cómo Inuyasha parecía haber caído de la última grada y había caído sin siquiera meter las manos para evitar el golpe en la cara.

Camus: Que le pasó?
Dokho: Se cayó...
Kanon: De la primera grada!
Shura: Pero fue un golpe bastante fuerte!

Incluso hasta el caballero más serio tuvo que reprimir su risa, pues era de mala educación reírse cuando una persona se caía.
Shion fue quien ayudó a Inuyasha a ponerse en pie, y en ese momento fue cuando Aome se dió cuenta que el peliplateado menor aún tenía el rosario de sumisión.

Aome: En que estábamos Aioros? - dijo devolviendo su atención al arquero - toma asiento dándome la espalda!
Aioros: Lo que órdenes!

Inuyasha miraba con algo de recelo como Aome abrazaba a Aioros para colocar una venda en su espalda y torso desnudos, como con delicadeza trataba de no lastimarlo, justo como alguna vez lo llegó a curar a él.

Inuyasha: Tenemos trabajo que hacer, vámonos! (Molesto)
Miroku: Parece que vuelve a ser ella! (Mirandola)
Sango: Pero aún más feliz! (Suspirando)
Kykyo: Que esperan? Vámonos ya! (Molesta)

La vieron reír otra vez mientras los caballeros hablaban con ella, y como parecía no darse cuenta de que había tomado del brazo a Aioros. Eso es lo que a Inuyasha le molestaba y dolía, ver qué ahora era otro quien recibía las atenciones de Aome.

Afrodita: Si, llévala a que conozca las doce casas! (Animado)
Aome: No quiero meterlos en problemas! - exclamo bastante apenada - sería vergonzoso saber que por mi revivieron alguna sanción!
Death Mask: Asumiremos las consecuencias!
Dokho: Aprovecha que tienes a Aioros para darte un recorrido!
Camus: Conocerás un lugar que no está abierto a los turistas!
Milo: Hasta la hielera está de acuerdo! Vamos, quédate a dar un recorrido!
Aioros: Yo estaría felíz de darte un recorrido por el santuario! (Mirandola)
Aome: Pero tienes que descansar...
Aioria: Mi hermano estará bien para mañana ya lo verás!
Aome: Está bien! - acepto y soltó un suspiro después de eso - pero si durante el trayecto se meten en problemas me iré!
Shura: De acuerdo!

Pasaron por cada una de las doce casas, y en cada una quedó maravillada por lo únicas que eran.
Termino regresando a la casa de Sagitario, que es la que el arquero resguardaba.

Aioros: Quieres comer algo?
Aome: Sólo si me dejas ayudarte a preparar lo que vas a cocinar! (Sonriendo)
Aioros: Vamos a la cocina entonces!

Tenía años que se había negado a sentir algo por otro hombre, pero no imagino que en tan poco tiempo esos sentimientos volvieran a surgir, y justo por el mismo hombre que dos años atrás la había salvado.
Aioros le gustaba y podía casi jurar que ya había comenzado a sentir un cariño especial por él, aunque tenía miedo, miedo de equivocarse y salir lastimada una vez más.

Curando Un CorazónWhere stories live. Discover now