Especial // Siete Meses Después //

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  Abrió los ojos perezosamente, la luz se colaba por la diminuta ventana de su habitación. Luz... ¡Luz! Pensó mientras tiraba las sábanas a un lado y saltaba de la cama. Era de día, su día.

  Entró en la cocina con pasos acelerados, Billy le miró sorprendido.

  —¿Qué pasa?

  —Me caso, papá. Hoy me caso con el hombre más perfecto del mundo.

  —Os casais con el crepúsculo, es decir, dentro de más de ocho horas.

  —No me va a dar tiempo a nada. Tengo que recoger el traje que Alice iba a regalarme, he quedado con los chicos para hacer la última visita a la playa como chico soltero. Bella quería verme para darme un regalo de no sé qué. Y Edward, no podré verle hasta la hora de la ceremonia, como si pudiera aguantar tanto sin verle.

  —Respira, Jacob —pidió su padre al ver que estaba hablando tan rápido que iba a quedarse sin aire—. Alice le ha dado el traje a Seth lo que te deja un margen de al menos tres horas para estar con tus amigos. Bella vendrá a verte una hora antes de partir a casa de los Cullen, te dará su regalo cuando te estés vistiendo. Y Edward está altamente vigilado por sus hermanos para que ni se le ocurra llamarte y que quedéis en la frontera.

  El lobo miró a su padre alzando una ceja.

  —¿Y tú cómo sabes todo eso?

  —Tengo un espía —bromeó—. Carlisle me ha llamado, dice que Edward está muy nervioso. No para de repetir que al no dejarle ponerse en contacto contigo pensarás que es cosa suya, teme que te molestes con él.

  —¡Ja! Y teme que no me presente a la boda. Iría incluso estando enfadado, ya me encargaría después de vengarme.

  Su padre rodó los ojos al tiempo que negaba, su hijo estaba loco. Jacob se arrodilló frente a él.

  —Papá ¿tú vas a ir? Aunque no te agraden los Cullen te necesito en este día.

  —Le debo a Edward que volvería para mantenerte con vida y le debo tu felicidad. Me da igual quien me lo impida, estaría allí pase lo que pase. Además Carlisle me ha prometido que habrá comida propia de la tribu y eso sabes que es un manjar ¿Cómo despreciarlo?

  —Tienes razón —sonrió, abrazándolo.

  —Prepárate para ir con los chicos, pero no hagáis vandalismo.

  —Sólo puedo responder por mi manada.

  Se encogió de hombros de camino a su habitación.

  Cuando apareció en la playa todos estaban allí presentes. Seth y Leah permanecían a un lado, ésta con cara de pocos amigos y su hermano mirando al agua. Sam era la cabeza de su grupo.

  Leah fue la primera en verle, sonrió ampliamente y se acercó a él.

  —Bienvenido, futuro marido de un vampiro —Jacob contestó a su broma con una sonrisa y un débil golpe en el brazo. Tenían una complicidad que jamás pensó compartir con ella.

  —Tenemos una sorpresa para ti —anunció Quil, alargó una pequeña caja—. Como regalo de la manada.

  —¿Qué manada? —preguntó Jacob, su amigo sonrió con timidez.

  —Queremos formar parte de tu manada.

  —¿Queremos? ¿Quiénes? —buscó la mirada de Sam que le contemplaba sin expresión alguna—. Yo no tengo nada que ver en su decisión.

  —Lo sé. Algunos de los nuevos están planteando que manada es mejor para un cambio definitivo.

  —Ya se lo hemos dicho, te vas de luna de miel, lo último que quieres es tener que preocuparte por ellos ¿verdad? —Paul le guiñó un ojo dándole a entender sus pensamientos.

LUNA DE PLATA   ×Edward & Jacob×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora