~17~

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-Samu, cálmate-pidió Suna a medio desvestir sentado sobre la encimera de la cocina y con la leve sensación de tristeza al una vez más no haber conseguido excitar a su novio.

-Es que no entiendo, esta ya es la tercera vez que lo intentamos.

-Ya... escucha si no quieres hacerlo conmigo solo puedes decirlo...-dijo suavemente y bastante nervioso.

-Claro que no ¿a que viene eso?

-¿No te doy asco?-preguntó con tristeza quitando lentamente la camiseta que traía-mira mis brazos y dime que no te dan asco, mira mis piernas y dime que no te parece asqueroso tener que tocarlas, ¿no preferirías a alguien sin estas horribles cicatrices?-soltó finalmente lo que había pensado toda la semana.

-Amor no, eres precioso, eres la persona más hermosa en el mundo para mí y eres tan... tan sexi Rin... tú me encantas, no sé qué me pasa pero tú no eres el problema, te lo aseguro.

Suna dejó pasar unos minutos en los que Osamu caminaba en circulos fumando como si se le fuera la vida en ello y luego supo que tomaría la situación en sus manos...o bueno, no exactamente las manos...

-Tal vez solo estás muy nervioso, si te relajas...

-¡Estoy relajado!

-Sí, sí, relajado mis pelotas, deja de caminar en círculos me pones nervioso. Además deberías dejar de fumar, es una causa común de impotencia sexual.

-¿Desde cuando hablas como anuncio contra el tabaco?-aún pese a la queja apagó el cigarrillo en el cenicero antes de reanudar su terapéutica caminata en circulos-y no tengo nada de eso, solo...no lo sé Suna ¿y si ya no podemos tener sexo? o ¿qué tal si?...

-¡Ya! ¡quieto, ahora! Osamu Miya me estás poniendo de los nervios y ya constantemente estoy nervioso, solo quédate ahí quieto un momento.

-Pero...

-No. Quieto.

-Suna...

-No. Ni una palabra más-advirtió perdiendo la paciencia-debo mantenerme sereno para no caer en la locura-suspiró más para si mismo que para su novio.

-¿Qué vamos a hacer?

-Oye porqué "vamos" en plural, para mí aún no es tarde, siempre me puedo buscar a un viejo millonario al que se le pare con viagra.

-¡Suna!

-Ya ya, era broma, ven acá-pidió bajando de la encimera para dirigirse a la sala y hacer que Osamu se sentara en el sofá-bien, quédate ahí en silencio y ni te muevas que estoy a nada de que mágicamente me entren ganas de salir a trotar a otra ciudad.

Osamu asintió en silencio mientras Suna fue a la habitación que utilizaban para guardar lo que ya no usaban.

-¿Y eso?-preguntó Osamu al verlo regresar con algo negro en sus manos.

-Te amo Samu, pero también amo mis rodillas, ni creas que las voy a sacrificar solo para chupartela.

-¿ª?

Suna se acomodó las rodilleras, dejó un lubricante abierto en el piso y se paró frente a Osamu con el celular en la mano, en poco tiempo se encargó de cerrar todas las cortinas y apagar las luces para que el lugar fuera iluminado únicamente por los rayos del sol que alcanzaban a colarse, además comenzó a sonar una de sus playlist a volumen alto.

-Te amo Osamu.

Se sentó sobre las piernas de su novio y comenzó a besar su cuello mientras se frotaba contra su miembro, ambos vestidos únicamente con boxers.

 Just for you~sakuatsu~Where stories live. Discover now