La Luz En Mi Camino [Okkotsu Yuuta x Reader]

Capítulo 2

PRIMERA MISIÓN

— Para el entrenamiento de exorcización de esta mañana se emparejarán. — Cruzó sus brazos mostrando dos dedos en cada mano. — Toge y Panda son una pareja.

— ¡Hagámoslo! — Entusiasmado Panda.

— Maki y Yuuta, serán la otra. — Termino de asignar las parejas.

— Ugh — Expreso Maki con fastidio por tener al chico nuevo junto con ella.

¡Acaba de decir "Ugh"! — E-Esforcémonos. — Le dice de manera un poco temerosa.

Maki lo quedo mirando, examinándolo. — Fuiste molestado, ¿Verdad? — Yuuta solo la miraba a lo que fuera a decir. — Ojos de victima, huh. Lo entiendo, sabes. Incluso yo fui molestada. ¿A causa de esa maldición? Te pones ese rostro, como si le dijeras a los demás "Soy una buena persona". Me hace sentir enferma... 

Yuuta solo podía escucharla, los demás de igual forma quedaron callados para saber lo que fuera a decir del chico.

— ¿Por qué pretendes ser una victima aún cuando esa maldición te esta protegiendo? Siempre has vivido una vida apáticamente, ¿No es así? — La chica azabache recién llegada se estaba enojando, caminando lentamente al lado de Yuuta. — No vayas penando que puedes lograr atravesar la escuela de magia técnica sin una meta en mente.

— Ya basta Maki. — Puso su brazo enfrente del chico y Maki, como si lo estuviera protegiendo. — ¿Es necesario hacer esto?

— Lo tiene escrito en su cara. Me molestan las personas como él.

— Él apenas esta entrando a este mundo de la hechicería, durante años a tenido esta maldición a lado suyo sin saber que hacer. Compréndelo.

— Eres igual que él, ¿Creen que esto es un juego?

— ¡Maki, es suficiente! — Defendió Panda. 

— ¡Katsuboshi!

— Está bien, está bien. Cállense ya. — Les dijo Maki a Panda y Toge.

— Disculpa por eso... Ella cree que es buena leyendo a la gente. — A lado del chico tratando de consolarlo.

— No hay problema... — Le dio una pequeña sonrisa mirando hacia abajo. — Porque es verdad.

Al saber su misión asiganada todos salieron del salón.  Maki y Yuuta iban junto a su profesor, y hasta atras los iba siguiendo la azbache.— ¿Iras con nosotros? — Pregunto el mayor a la chica.

— Solo si voy adelante. 

— Bien. — Este caballerosamente le abrió la puerta del copiloto y le tendió la mano. Ella solo vió su mano y luego a su cara, lo ignoró poniendole su mano en modo de alto y entro al carro. Suspiro el profesor cerrando la puerta. — Todavía es igual.