Éxtasis de Velocidad | EMILIACO [COMPLETADA]

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EMILIO

¡¿QUÉ CARAJOS?!

La chica de buenas curvas que idealicé es un hombre.

¡UN PUTO HOMBRE!

En la vida alguien me había ganado en una carrera y menos un chico. Es la primera vez que pasa, no puedo permitir que se repita.

Joaquin, según dijo, sigue teniendo su mano extendida hacia mi con esa estúpida sonrisa de superioridad. Todos parecen igual de confundidos que yo.

¿Es que cómo puede ser? ¿De dónde salió? ¿Quién lo invitó? ¿De dónde viene?

Mordiendo los interiores de mis mejillas y aguantandome las ganas de romperle la cara, estrecho su mano mirandolo con odio. Levanto mi barbilla mientras suelto su mano.

- Mi competencia - es más una afirmación, trato de que mi voz salga grave. Al parecer este niño no sabe nada. Joaquin sonrie aún más y eso hace crecer mis ganas de ahora sí romperle la nariz.

- Así es, creo que todos ya están hartos e incluso cansados de siempre tener al mismo en los primeros lugares. Vendría bien un cambio de corona - su voz sale segura y todo el tiempo tiene esa puta sonrisa. ¿Ya puedo pegarle?

- ¡Ja! ¿Y quién te crees tú para venir a querer cambiar las cosas aquí? No sabes nada, no sabes cómo funcionan las cosas no sabes quienes son todos ellos - con mi dedo apunto en un círculo a las personas que están.

- ¿Y tú si? Crees saberlo todo Emilio pero no lo es, no es de saber o no de conocer. Ahora dime Emilio ¿quién te nombró amo supremo de este lugar? ¿Cuándo son las votaciones para también postularme? - todo el momento habló con burla. Ya me cansó.

- Ya me hartaste... - me acerco con la intensión de pegarle pero César y otros chicos me agarran. Joaquin ni siquiera se intimidó solo me está viendo desde su lugar con tranquilidad.

- Creeme Emilio, no es mi intención molestar...

- Ya lo haces con solo haberte aparecido por aquí.

- Ah, entonces si lo estoy haciendo - su sonrisa se hace más grande me remuevo de los brazos y manos que me sostienen tratando de zafarme.

- Lárgate de una vez antes de que te tire los dientes.

- Quiero ver - no lo conozco y ya lo odio hasta la muerte, su puto afán de desafiarme me jode, comienza a reirse cuando ve que aprieto mi mandíbula y trato de volver a zafarme - Tranquilo chico grande - se acerca a darme dos golpes en mi brazo derecho con las palmas de sus manos.

- No me toques

- Ya me voy pero no porque tú lo dices y no será la última vez que me veas por aquí - coloca su casco y vuelve a subirse a su motocicleta - Hasta la próxima carrera Emilio - enfatiza mi nombre. Prende el motor, da vuelta y por fin se va. Me remuevo otra vez y ahora si me suelta. Paso mi mano por mi cabello tratando de calmarme, los malditos chismosos comienzan a irse dejando solo el lugar al ver que ya no tienen espectáculo que ver.

- Madres Emilio ¿quién es él? - pregunta César.

- ¡No tengo ni una puta idea! - exploto llamando la atención de algunos que quedan.

- Hey tranquilo

- ¡No puedo calmarme César, ese imbécil se cree mejor que yo cuando no ha demostrado nada! - pateo con fuerza una piedra que sale disparada hacia el cuello de un tipo. Este se voltea y lo reconozco al instante, es el mismo monigote de ayer al que le gané.

- ¿Cuál es tu puto problema?

- Muchos pero ninguno es contigo no hagas nada para que empiece a tener pedos contigo ahorrate abrir el hocico - le enseño el dedo del medio intenta acercarse pero es retenido por los otros dos changos que están atrás de él. Lo ignoro y me volteo hacia mis amigos.