Capítulo 32

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—Emma, no es el momento —dijo Will.

¿Emma?

— ¡No me llames así! —Gritó la mujer, —¿Estás ya con una cualquiera? ¿Y Nat? —gritó de nuevo. Me giré y una mujer alta, un poco mayor de 50, con el pelo canoso, delgada y aparentemente enojada apareció.

— ¡Abuela! —gritó Nat abrazándola. La miré y me levanté.

—William, creo que será mejor que me vaya —le dije mirando la escena.

—No, Elena, no te vayas, mamá hablamos en otro momento — dijo Will.

— ¿Quién es ella? —preguntó mirando mi atuendo y parándose en mi estómago, — ¿La dejaste embarazada? Vaya zo-

—William perdona, no permitiré que me falte el respeto. Señora, este bebé no es de su hijo. Me embaracé una noche borracha, sí borracha, pero no permitiré que me insulte como una zorra, así que lo siento. Me voy, William, ya nos veremos y me informas de Lya —le dije yéndome a la puerta ofendida y dolida.

—Joder mamá ¡No, Elena, espera! —gritó William pero yo ya estaba llamando a un taxi.

—... Sí, gracias —colgué.

—No, Elena. Es mi madre, no le hagas caso, no eres una zorra, por favor, no te vayas —mis ojos estaban aguados y sus palabras no ayudaban.

—Joder, malditas hormonas —maldije bufando. El taxi se paró en la puerta y miré a William, —Lo siento, me voy. Fue encantador conocer a Nathalie y cenar con vosotros pero no aguantaré que me insulten, adiós —besé su mejilla y me monté en el taxi.

—Adiós —dijo cabizbajo. Le di la dirección al taxista y empezó a conducir hasta mi apartamento.

¿Por qué nunca podría triunfar con un hombre?

Le pagué y salí del taxi. Subí hasta mi apartamento y entré, y con las mismas cerré. Me quité la ropa y la tiré a la lavadora. Me puse mi pijama y me tumbé a dormir.

(...)

Abrí los ojos y me levanté.

Me di una ducha rápida y me puse unos minishorts negros deportivos, una camiseta de tirantes ceñida a mi cintura y pechos verde chillón y unas deportivas negras. Até mi cabello en una coleta y me puse a limpiar mi apartamento. Oí el timbre sonar y toda sudada fui a abrir. Me encontré con William sudado y agitado.

— ¿William? —pregunté confundida.

—Dios, Elena ¿por qué vives tan alto? —preguntó recuperándose.

—Pasa —dije abriendo la puerta a tope. Pasó y cerré. Fui a la cocina y cogí un vaso lleno de agua, —Toma, bebe —dije entregándoselo. Bebió y me sorprendí lo rápido que lo hizo.

—Quería hablar contigo —dijo. Asentí y me senté en el sillón de cuero negro, él me imitó.

—Dime —dije mirándolo.

—Pedirte disculpas —suspiré, —Lo siento, mi madre está arrepentida. A ella nunca le cayó bien mi ex y, Nat fue lo único que le cayó bien de chicas en mi vida.

—No importa, está perdonada. —dije sonriendo, me abrazó y se separó, —Estoy sudada, idiota.

—Quería invitarte a dar un paseo —dijo nervioso, asentí.

—Espera y me ducho —dije levantándome, asintió y me fui al baño. Me di otra ducha rápida y salí envuelta en una toalla. Cogí ropa interior negra y me puse un vestido floreado sin tirantes de color blanco, azul, rojo, verde y hasta mitad de muslo holgado, unas sandalias abiertas con un decorado en la tira, un collar gris de corazón y quité la chaqueta amarilla y un sombrero, no me harían falta. Deshice la toalla de mi cabello y lo dejé caer por mi espalda. Salí de la habitación y le sonreí a William.

—Vamos Will —él se quedo mirándome.

—Es la primera vez que me llamas, Will —dijo caminando a la puerta, reí y salí con él. En el camino me cogió de la mano y sonreí inconscientemente.

—Mira allá —dijo señalando el atardecer. Era precioso, sonreí y lo abracé por el brazo.

—Es precioso.

—Cómo tú —me dijo, lo miré y me miró. Se fue acercando y cerré los ojos, esperé que me besara y...

Me besó.

Mis labios correspondieron y acaricié su cara con mis dedos y él puso sus manos en mi cintura y vientre. Sus labios eran suaves y dulces. Nos separamos y sonreí.

—Increíble —susurró. Abrí mis ojos y dejó un corto beso en mis labios.

—A tu madre no le gustará —bromeé, rió y lo besé de nuevo. Él se sorprendió pero correspondió dulcemente.

— ¿Vienes a mi casa hoy a cenar? —preguntó separándose.

—Claro —dije sonriendo, me cogió de la mano y me atrajo hacia él.

Esta noche dormiría muuuy bien.

Lya Thompson Where stories live. Discover now