Capítulo 46

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— ¿Cómo está? —preguntó mi madre, me encogí de hombros y seguí acariciando el vientre de Lya.

—No lo sé — dije simplemente. Oí mi móvil sonar y vi que era Megara.

— ¿Si?

Jared, quería pedirte permiso para que mis padres visiten a Lya.

— Te dejaré pero no quiero que la toquen, ni a ella, ni a Molly — dije fríamente.

— Esta bien, gracias — y colgó.

— ¿Quién era? — preguntó mi madre.

— Megara, la hermana de Lya — dije suspirando. Llevábamos aquí más de 4 días, y Lya no despertaba.

— Papi, mami no — sollozó Molly, últimamente lloraba por todo.

— Ya pequeña, mamá estará bien —dije besando su frente y poniéndola cómodamente en mi regazo.

— ¡Oh Dios mío! — gritó una voz aguda.

— Mami — sollozó de nuevo Molly. Los padres de Lya entraron junto a Megara a la habitación.

— Sh, ya está princesa, papá está aquí.- le susurré. Ella empezó a calmarse y cerró sus ojitos.

— Jared Black — me presenté.

— Susan Thompson — dijo mirándome con superioridad.

— Sean Thompson — dijo el hombre.

— Ella es Molly — dijo Megara señalando a mi pequeña joya.

—Oh, que hermosa — dijo la mujer tratando de cogerla, la aparté y alcé una ceja.

— No se puede tocar, ni a Lya, ni a Molly —dije fríamente.

— ¡Es mi hija y mi nieta!

— Sh —ordené, —Usted dejó de ser la madre de Lya el día que la abandonó en la calle junto a Molly, y la única abuela que tiene Molly es esa señora de allí, o sea mi madre —señalé a la dicha.

— ¿Que dices, maldito? — gruñó Sean.

— Papá — advirtió Megara.

— ¿Usted vio a Lya cómo vino a mi casa destrozada y con su hija? Mi hermana la trajo y juró por mi vida entera que casi mató a quien le hizo todo eso —dije dándole Molly a mi madre, —Mamá, llévala con Elena —dije, ella asintió y besé su mejilla antes de irse.

— Seguro que no lo pasó tan mal —dijo la mujer.

—Mire —le enseñé una foto de cuando vino. La mujer ahogo un gritó y los ojos de Megara se llenaron de lágrimas.

— Dios —sollozó Megara.

— Un año y medio —dije acercándome a Lya.

— Lya siempre fue una zorra —dijo el hombre.

—Si vuelve a hablar así de mi futura esposa, le juro que no volverá a ver a Lya en su puta vida. Me da igual que usted sea su padre porque ha demostrado ser un cabrón — dije acariciando el vientre de mi preciosa novia.

— Me tocas y te meto entre rejas, niñato.

— No entraré en su juego —dije.

— Jared — oí susurrar a Lya.

—Nena, ¿me escuchas? —pregunté con esperanza.

—Jared —susurró de nuevo pero no abría los ojos.

—No puedo creer que acabara con un mindundi cómo tu, siempre le inculquemos para que se casara con Brandon, era un ch-

— El hijo de puta que le hizo esto —dije apretando los puños.

—Mentira —dijo la mujer, —Brandon era un chico excelente.

—Pues vale, si tanto creen que Brandon era especial, ve al cementerio y búsquelo.

— ¿A-Al cementerio?

—Está muerto —dije mirando a Lya.

—Oh dios. Lya se casará contigo pero nunca te amará cómo lo hizo con Brandon, ella te dejará y volverá con nosotros. No es tonta, y sabe que merece algo mucho mejor.

— Lo siento, Jared —dijo Megara yéndose con ellos.

—Da igual —dije con un nudo en la garganta. Ella se fue y rompí a llorar. Tenían razón, y eso es lo que más me molestaba.

—Te amo, mi vida.

(...)

—Jared —susurró Lya de nuevo.

— Te está recordando —dijo el doctor.

NARRA LYA

Oía voces pero no conseguía abrir los ojos. Sentía mi cuerpo pesado y adolorido. Apreté los puños y abrí los ojos lentamente, la luz me obligó a cerrarlos y después parpadear varias veces.

—Jared —susurré. Abrí los ojos completamente y vi a Jared llorando, Molly durmiendo, Megara mirándome... ¿Megara?, Elena, Nat, Ginger y mis padres... ¿Mis padres?

— ¿Lya, me escuchas, nena? —preguntó la voz de Jared.

— S-Si —susurré.

— ¿Cómo te encuentras? —preguntó.

—A-Agua —él me tendió un vaso y bebí lentamente con su ayuda,—B-Bien.

—Mamá, llama a un doctor —ordenó Jared a Ginger.

—Voy —dijo.

Miré a mis padres y a Megara confusa.

—Jar... ¿qué hacen aquí? — pregunté señalándolos.

—Llamó Megara y dijo que quería verte, y ya traer a Susan y Sean —dijo él mirándome con lágrimas.

—Buenas tardes, Lya —saludó un doctor.

— Hola, ¿cuánto dormí? —pregunté.

—Una semana —abrí mis ojos como platos.

—Dios.

—Sí, dios —rió, —Tu bebé y tú os encontráis en perfecto estado, sólo que la cicatriz del muslo derecho se quedará causada por un golpe de cristal —dijo, asentí, —Así que te puedes ir a casa —dijo. Me incorporé con la ayuda de Jared y Molly despertó.

—Mami —dijo mirándome, sonreí y la abracé con mucha ternura.

—Mi pequeña...

—Hija —me llamó Susan.

—No soy vuestra hija.

—Te echamos de menos en casa, Brandon esta sufriend-

—Brandon causó esto, y no volveré con unos monstruos. Mi vida está con Jared, Molly y el bebé en camino —dije besando a Jared delante de todos.

—Te amo, nena —susurró besándome.

—Te amo mucho más.

—Fuera —ordené a mis padres.

— Volveremos —dijo Sean.

—Aquí tenéis, estáis invitados —dijo Megara extendiendo unas invitaciones. Las cogí y le sonreí. Cogí su mano y la abracé, la echaba de menos aunque hubiera hecho lo que hizo. Ella me devolvió el abrazo y besó la frente de Molly.

—Adios Meg —dije sonriendo. Ella se fue y abracé a Jared más feliz que nunca.

Lya Thompson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora