CAPITULO 53

21 4 2
                                    

—Sabes que eres mi mejor amiga y te quiero demaciado y eres increíble no
—Villalobos díme para que me llamaste
—Verás acabo de llegar a la ciudad y estaba intentando hablar con alguno de los chicos pero nadie contesta y bueno el punto es que odió los hoteles ¿lo sabes verdad? claro que lo sabes, bueno el punto es qué quería saber si puedo quedarme contigo por hoy
—¡Oh vamos! no seas idiota sabes que mi casa es tu casa y que puedes venir aquí cuando quieras
—Gracias ahí estaré en un rato, primero voy a pasar a arreglar unas cosas
—De acuerdo.

—No hagas dramas hermanito
—¡YA CÁLLATE LUIS DANIEL, ME TIENES ARTO MALDITA SEA!
—¡SE CALMAN LOS DOS!
—Escuchá papá y tu también mamá, porque no voy a repetirlo ok, yo quería demasiado a Daniel era como mi ejemplo a seguir, que idiota ¿no? —dije y reí con amargura— todo el tiempo deje que me tratará mal, pensaba que era su manera de "quererme" eventualmente crecí y me di cuenta que Daniel no me queria y que lo que sentia asi ha mi era un odio profundo, aun asi yo lo segui admirando, aunque me metiera en problemas que ni siquiera yo sabía, deje de admirarlo cuando me entere en que andaba metido y cuando empezo a meterse con mis novias. El punto es que Daniel no es como lo conocen, estaba metido en cosas ilegales, todas veces que llegaba golpeado era porque no pagaba sus deudas, las últimas cuatro veces que él desaparecio y luego milagrosamente los dos llegábamos golpeados era porque yo ya tenía idea de lo que pasaba y iba a "rescatarlo" salvarlo de sus malditas deudas nada mas para que ustedes no se llevaran con la noticia de que el apareciera muerto, tres veces pague cantidades "pequeñas" en realidad no lo eran, solo para que lo dejaran en paz porque este nisiquiera sabe administrar todo el dinero que gana, la ultima ves que casi lo traje moribundo, me toco pagar dos millones y medio para que no nos mataran a ambos
—Eso no es cierto —dijeron mis padres.
—¡A ver ¿que estás diciendo?!
—Ni siquiera se te ocurra negarlo Daniel —dije muy enojado.
—Lo que dijo Mario es verdad, pero a ver Mario, tenias que darle dos millones nada más
—El medio millón se lo di para que por nada del mundo te aceptara de nuevo entre ellos asi de fácil y si quieres seguir odinadome hazlo, pero yo no estoy dispuesto a salvarte de nuevo, métete en problemas de nuevo y no va haber quien te salve, después de todo no eres mi hermano ¿no?. Tengo que ir me, tengo que asimilar todo esto asi que no me esperen pronto por aquí y algo más... Probablemente mi madre biológica me esté buscando, hace unos dias llego un detective a mi departamento diciendo cosas que no entendi sobre todo porque ni siquiera sabía que era adoptado así que lo corrí, me dejo una tarjeta quizás lo contacté —el detective me había jurado que el no se había equivocado y que yo era hijo de su clienta de la cual ya no recuerdo su nombre, pero ahora había una posibilidad y surgían preguntas tenia que resolverlas ¿no?
—¿Vas a darle una oportunidad a la persona que te abandono? —pregunto mi padre molesto
—No lo sé
—Si lo haces no regreses aquí Alberto
—Mira papá o Carlos bueno deberías decirme como quieres que te llamé, gracias por todo lo bueno y lo malo que me dieron a final de cuentas son mi familia, no se si tú en realidad me quisiste como tu hijo pero no puedes chantajearme así, primera porque ya no soy un niño, segunda muchas veces me hiciste sentir que no encajaba, tercera y última quiero saber de donde vengo y las razones por las que me abandonaron digo otra desilución no me va a hacer caer
—Mario, siempre serás mi pequeño ¿si?, perdóname por no haber sido la mamá que merecías, perdóname por dejar que el amor de madre me cegara de mala manera y no darme cuenta que te estábamos lastimando se suponía que íbamos a darte todo el amor del mundo a ti también
—Mamá era una mar de lágrimas me acerqué a élla y la abrace con todas mis fuerzas— no hay nada que perdonar independientemente de todo me ayudaron, me hicieron fuerte, me enseñaron a amar y me dieron un poco de cariño y siempre, siempre se los voy a agradecer, sigues siendo mi mamá al final de todo —besé su frente y salí de ahí.

—Alguien tocaba la puerta con insistencia, me levanté de la cama como pude pues mi salud había empeorado podría jurar que iba morir, con eso cualquiera podria darse cuenta de lo mal que me sentía, fui ha abrir probablemente era Villalobos o Mario pues poco después de la llamada le marqué para ver si podía llevarme al hospital cuando se desocupara pues yo no me sentía con las fuerzas para manejar, pero al abrir entre en pánico el no se veía muy amigable— ¿Qué haces aquí Eduardo?
—Tú y yo quedamos en algo
—Sí, en que tu trato era un asco y que no pienso dejar a mi novio por un tipo idiota, aburrido, controlador y obsesivo-compulsivo como tú, ahora me harías un gran favor si te largas de mi casa, no me siento bien como para todavía lidiar contigo
—Oh cariño, no me voy a ir, se que estas sola y que tu novio no esta en su departamento
—¡Pero que demonios!
—Te he estado vigilando princesita
—¿Qué quieres?
—A tí y lo voy a conseguir hoy mismo
—Ni se te ocurra acercarte
—Que me vas a hacer, nada, eres débil Corina.

Me mareé un poco alcance a marcar un número cualquiera para pedir ayuda pero antes de que pudiera hacer o decir algo más Eduardo ya estaba cubriendome la boca por lo visto no noto que deje el celular llamando, ahora solo estaba rezando porque alguno de los chicos llegará, mis fuerzas se habían esfumado y el dolor en el vientre se había intensificado otro poco, Eduardo no dejaba de hablarme de una forma tan repugnante, me arrastro hasta la habitación y entre en pánico, empece a llorar sin control esto no se veía bien y no podía pedir ayuda, de pronto se subió encima mío y destapó mi boca justo cuando iba a gritar por ayuda me besó y no podía apartalo de mi.

—Cuándo Corina me marco pidiéndome que la acompañara al hospital en cuanto terminara de arreglar mis asuntos, supe que algo iba muy mal y trate de llegar lo más pronto posible al edificio, una ves que llegué, entre a su departamento y fui directo a su habitación y me encontré con algo que definitivamente me acababa de destruir—. Así qué montaste todos la escenita de que te sentías mal y querías que te acompañara al hospital solo para que te encontraba en la cama con otro imbécil, resultaste ser pero que todas mis ex novias juntas
—Mario... Mario por favor no es...no es lo que... —no podía hablar del dolor que estaba sintiendo
—Dile que tu y yo estamos juntos desde hace tiempo díselo —dije en un tono burlón.
—¡CÁLLATE! TÚ...ERES... maldita sea ya no puedo... necesito...
—Sabes que Corina tus intentos por justificarte son estúpidos, no quiero saber nada de tí —dije y sali de ahí antes de matar al imbécil de su amante, novio o lo que fuera pues no dejaba de burlarse.

QUIÉREME OTRA VEZ Where stories live. Discover now