22: Limón.

2.5K 419 37
                                    

Viernes, ese viernes que tanto habías estado esperando para juntarte con Monoma Neito, no sabías dónde pero era una cita. Esperabas ansiosa mientras terminabas de bordar un pequeño limoncito en el centro de la tela.

Habías estado hablando con Kendo, pero la joven de hebras anaranjadas no tenía idea del lugar, ni Naoko lo sabía. Tan solo quedaba rezarle a Aizawa o quemar unas palmeras si las cosas salían mal.

—¿Qué estas haciendo? —preguntó Tokoyami.

—Limones. —Una pequeña sonrisa se formó en tu ruborizado rostro, tu amigo dejó unas cuantas plumas sobre su mesa mientras escribía una carta, no preguntaste para no incomodarlo, sabías que era algo reservado.

Naoko cumplió con dejar el bordado entre las pertenencias de Monoma Neito, no escribiste ninguna nota, después de todo se verían por la tarde.

Monoma estaba algo confundido, quería leer la nota de siempre pero no estaba y esta vez no dejaron ni una sola excusa del porqué. Estaba algo ansioso pero su ego subió al recordar que tú estabas enamorada de él, ignoró su pequeño nerviosismo y llegó a creer que su ego estaba más alto que el de Naoko y Bakugou juntos.

Ahora solo le quedaba esperar por la cita con su nube.

...

Estabas perdida buscando dónde podría estar Monoma, lo buscaste por donde se te ocurriera e incluso ayudabas a algunas personas de paso que se veían necesitadas de alguna mano para hacer algún quehacer.

Recordaste fugazmente el lugar donde se habían conocido hacía un tiempo atrás, puesto que no se habían conocido en la academia, sin embargo, comenzaron a interactuar más ahí dentro. Corrías lo más rápido que podías, faltaban cinco minutos para las 6 con 30 y probablemente a esa hora Neito ya no estaría.

Llegaste a un pequeño parque, algo destartalado y con bastante pasto seco, te hubiera encantado que fuera algo digno de película romántica pero era todo lo contrario, pero gracias a tu suerte, Monoma estaba ahí.

—¡Monoma Neito! —exclamaste agotada. Él miró, avanzó para llegar a tu lado viendo que estabas toda sudada y con el rostro rojo por el cansancio.

—¿Estás bien? —preguntó ofreciendo una botella de agua.

—N-no me dijiste... dónde nos juntaríamos. —En resumen, Monoma quedó para la cagá porque no se había dado cuenta de ese detalle.

—Tampoco me preguntaste.

—Lo olvidé —murmuraste tratando de volver a la vida.

—¿Quieres un helado? Seguramente tus estúpidos compañeros no te hubieran dado absolutamente nada.

—De chocolate —respondiste ignorando el comentario innecesario.

Durante un par de horas hablaron sobre algunas estupideces que les vinieran a la mente, tratabas de ignorar los constantes comentarios negativos que Monoma daba sobre tus amigos para enfocarte en que él no era tan malo como muchos lo pintaban, solo que su narcisismo era muy excesivo.

Compró unos cuantos helados para después llevarte a un acuario, te parecía lindo ver tantos peces, no era primera vez que ibas, pero quedaría guardado en tu memoria como para contarle a tus nietos como si fueras Rose y decirles "Han pasado 84 años...".

Adorabas convivir con Monoma y para qué mentir, él adoraba pasar tiempo contigo.

Bordados para Monoma, bnha. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora