JiSoo es una famosa fotógrafa, quien va de gira gracias a un evento de gran élite y por su buen trabajo.
En una parada, especialmente en Londres, conoce a una chica que le devuelve la emoción a su vida y la razón por la que ella decidió entrar en el...
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No sabía que hora era, lo único que sabía es que era de día por el bullicio de la calle.
Desde hace un buen rato estaba despierta y solo se dedicaba a mirar con detenimiento el rostro adormecido de la rubia, mientras que le proporcionaba suaves acaricias en su cintura.
Nunca había hecho algo así y se sentía bien.
Sentía paz.
Solo podía pensar en que estaba con un ángel, que tristemente lo que pasó la noche anterior no pasaría en un cierto tiempo y no lo entendía.
No habían hablado sobre que harán cuando las pequeñas vacaciones de JiSoo se acabasen, ni siquiera sabe si Roseanne tenía cosas que hacer, necesitaba saber que pasaría, pero no soportaba la idea de interrumpir ese lindo momento para transformarlo en un final.
Se sentía bien entre sus brazos, como nunca antes se había sentido con una persona.
¿Cómo podía tener a una persona en su vida por toda la eternidad, cuando este parecía ser tan pequeño?
¿Cómo podía parar el tiempo?
¿Que debía hacer para no dejarla ir?
Su corazón ardió.
Había conseguido esa pieza faltante de su ser, pero parecía que en cualquier momento volvería a estar vacío.
¿Eso era como un amor de verano? Sí, tal vez.
Pero JiSoo no lo veía de esa manera, algo característico de esos amores es que no habían reencuentros y estaba segura de que algo en ellas, las había unido lo suficiente como para poder ver hacia un futuro juntas.
Tal vez después de ese día ya no vuelvan a verse, ni tocarse, pero al menos esperaba escuchar su voz cada noche, saboreando el agridulce gusto de un te extraño.
Tal vez le estaba dando mucho peso a un temor y capaz se quedarían juntas hasta que alguna ya no viva para contarlo.
Eran tantas posibilidades que le abrumaba, sin embargo, al sentir sus pieles juntas y el calor que emanaba de ella, sentía que todo estaría bien.
— ¿Soo?
La pelirroja levantó el rostro, encontrándose con la de Roseanne, quien le dedicaba un sonrisa sincera.
—Buenos días o tardes, linda.
— ¿No sabes que hora es? — JiSoo negó. — ¿Qué sucede?
—Sólo pensaba, no pude seguir durmiendo y ahora tú estás despierta. — La rubia entrecerró sus ojos, cosa que le sacó una risa a la mayor. —Te diré. — Roseanne asintió y JiSoo suspiró, recuperando la seriedad de antes. —Mis vacaciones están a nada de acabarse, pero yo no sé si te quedarás o te irás y si te soy sincera, tenerte a mi lado ha sido un privilegio, quiero que siga siendo así.
