JiSoo es una famosa fotógrafa, quien va de gira gracias a un evento de gran élite y por su buen trabajo.
En una parada, especialmente en Londres, conoce a una chica que le devuelve la emoción a su vida y la razón por la que ella decidió entrar en el...
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JiSoo por fin se estaba despidiendo de las personas y a pesar de que le había ido mejor a comparación de algunos lugares, saber que ya había terminado la primera parte de la gira, la colocó de buen humor.
Bueno, no solo eso.
Se colocó en la puerta solo para ver si la chica rubia salía de ahí, pero nunca la vio.
Quería evitar pensar que se fue temprano, realmente quería poder conocerla.
JinYoung tampoco la había visto por ahí, incluso dudó sobre si realmente existía una chica como esa y pensó que su amiga ya había llegado al punto máximo de locura.
Era extraño que alguien le produjera tanto con solo una mirada y sonrisa dulce, ya si fuera que solo le llamara la atención, pero no, eso fue más allá, era como si una fuerza tomara su cuerpo y sintiese la necesidad de acercarse a ella, el poco tiempo que pudo verla no le bastó y tampoco lo hizo de la manera que le gustaría hacerlo.
¿Realmente se había vuelto loca?
—JiSoo, Dios mío JiSoo, te llevaré a terapia después de esto.
La chica miró con irritación a JinYoung.
— ¿Tampoco me vas a dejar soñar despierta? Eres un idiota. — El pelinegro suspiró y se acercó para abrazarla. — ¿Qué haces?
—Soo, debes estar cansada, yo me encargaré de arreglar todo esto, hiciste un buen trabajo. — La chica cedió al abrazo y lo correspondió, sintiendo la tranquilidad que sus palabras causaban. —Lamento no poder haber conseguido a esa chica rubia, tal vez la puedes ver en otro momento, ve con cuidado al hotel, por fin podrás descansar.
JinYoung depositó un beso en su frente y se despidió, terminando de desaparecer a su vista.
JiSoo sonrió al pensar que fue una buena decisión dejar a su mejor amigo como asistente, a pesar de que ambos podían mantener su faceta profesional, le agradaba cuando el dejaba que ese cariño amistoso lo impulsaba a hacer cosas como esa.
Tomó su pequeña cartera y la llave de su carro, finalmente saliendo del gran salón.
Marcó el ascensor y entró a este, viendo como las puertas se cerraban, sin embargo, un delgado brazo evito que esto sucediera.
La chica entró, saludando a JiSoo, quien tenía el corazón a punto de salir.
—Tu evento fue a uno de los mejores que he ido, incluso que estaría en mi top... Fue un gusto ver tu trabajo, Kim JiSoo.
Tanto el pulso como el corazón de la pelirroja dejaron de existir.
Tomó un profundo respiro e intentó de que los sentimientos no fuesen a dejarla mal. Pero para su impresión, parecía que actuaba como si fuera algo de cada día.
