UN PASADO JUNTO A TI (Número Cinco)

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Narra Annie

Jackson Fuller el jugador estrella de fútbol americano de la secundaria no hace nada más que molestarme e insistirme que salgamos. Pero no quiere entender que no me interesa salir con él

El cree que lo rechazo para hacerme "la interesante" pero las cosas no son así.

Simplemente no me interesa y punto.

Hoy el muy idiota tuvo la osadía de seguirme hasta mi casa. No quiere entender razones.

—Jackson ¡Vete por favor! ¡No insistas más! —refuté queriendo entrar a mi casa

—Solo dime por qué no quieres salir conmigo Annie —se acercó a mí— ¿Es que acaso no te parezco interesante? ¿Es por qué crees que no soy inteligente? ¿O porque soy quién resalta entre los chicos y chicas?

Sus preguntas y suposiciones son estúpidas.

—¡Claro que no es por eso! —exclamé— Simplemente solo te puedo ver como un gran amigo —dije sinceramente— Y precisamente porque resaltas entre los chicos y chicas, puedes tener a quien quieras —me alejé de él— Mira las porristas se mueren por ti —toqué su hombro— Ve por ellas

Finalmente iba a abrir la puerta, pero Jackson me detuvo y me acorraló contra la pared.

—Escúchame bien preciosa —alzó un poco su tono de voz— A mí nadie me rechaza así por que sí. Saldrás conmigo quieras o no —guiñó su ojo— O sino me encargaré de crearte una reputación en la secundaria con la que te arrepentirás de haberme rechazado —sonrío cínicamente

Yo pateé su entrepierna y le di una cachetada

—¡Haz lo quieras!

Tras esto Jackson me agarró del brazo y quiso besarme a la fuerza

En ese instante vi como alguien lo golpeaba por detrás.

Era Cinco.

—Escúchame bien pedazo de esteroide mal hecho —agarró a Jackson de la camisa —si te veo cerca de ella con la mínima intención de acercarte. Te quemaré vivo —sonrió de forma sarcástica— No puedes verla ni tocarla ¿Entendiste?

Después de eso Jackson huyó despavorido y Cinco se acercó a mí

—¿Te hizo algo? —preguntó a la vez que revisaba que no tuviera algún golpe o hematoma.

—No, estoy bien —musité— Gracias por salvarme. Por un momento creí que no podría escapar de ese idiota

—No es nada ¿Te parece si entramos a casa?

—Entremos —dije yo y abrí la puerta

Ahí estaban Diego, Lila y mi tío sentados conversando mientras picaban algo de fruta

Diego miró a Cinco y comenzaron a hablar.

Al parecer él encontró a su última hermana de nombre Vanya

—¿Entonces la dejaste ir? —preguntó Diego mientras este estaba siendo curado con Lila de nuevo.

—Tenía mucho que procesar —explicó Cinco buscando algo en la mesa

En ese instante vi a mi tío sirviendo café y fui a ayudarlo

— Qué hay de los idiotas que dijiste que la seguían? —insistió Diego con el interrogatorio

—¿Los suecos?

—Si, ¿Como sabes que no volverán a buscarla?

—¿Ya saben quién los envió? —Pregunto Lila después de darle un sorbo al café que serví