ıllıllı Capítulo Tres ıllıllı

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¿Abrigo rojo o negro? ¿Debo llevar abrigo?

¿Debería ponerme zapatos o tacones?

¿Llevo el cabello suelto o en una coleta?

Si continúo con esta indecisión puede que me arrepienta de ir.

Lo siguiente que me distrae de la planificación es mi celular, que enseña la foto de mi mejor amigo en pantalla y no tardo en contestar su llamada.

─¡Cafecito, quiero una explicación ahora! ─me alejo un poco el teléfono del oído, debido al grito de Yeosang.

─¿Qué? ¿Ahora las personas llaman para gritar sin ningún motivo?

─¿Ningún motivo? Tengo miles de razones, pero tranquila, te lo resumiré todo en dos palabras. Estoy celoso.

─Yeosang, estás mal de la cabeza ─tengo que aguantarme un poco para no carcajearme ahora mismo.

─Vamos, ríete. Desde que fuiste a tu trabajo nuevo y con tu sexy jefe, no paras de ignorarme.

─Niño sin neuronas, ayer estuviste aquí y ya había empezado a trabajar desde el viernes.

─No me importa. No me llamaste desde que nos vimos por última vez.

─¿Tengo que repetirte que fue anoche? Además... ¿tengo que recordarte que me dejaste un beso, y no en la cara, como despedida?

─Estaba marcando terreno, ¿vale? ─noto la diversión en sus palabras.

─No quiero discutir contigo y estoy algo ocupada para tus celitos, hoy saldré con mis compañeros de la empresa.

─¿Necesitas ayuda para tu atuendo? Si es así llego en cinco minutos.

─Ven volando si es posible ─suelto sin tener que analizarlo apenas.

La llamada finaliza y me imagino que ya emprendió el camino hacia mi casa.

En menos de seis minutos ya mi "invitado" ─creo─ está en la puerta.

Voy a abrir y efectivamente, es él.

Sin dirigirme la palabra, sube las escaleras hasta mi habitación y empieza a mirar la ropa que está tendida sobre mi cama.

─Te pondrás éste ─dice mientras eleva un vestido azul hasta mi cara, para luego enseñarme unos zapatos de tacón─, con los negros.

─Se ve bastante aceptable ─empiezo a guardar la ropa que había desordenado y veo a mi mejor amigo sentarse en mi cama.

─Ya verás, hasta los árboles verán tu belleza.

─¿Qué tienen que ver los árboles en nuestra conversación? ─pronuncio algo confundida.

─Es un elogio, pero ya no hablemos más de árboles, dime... ¿tu perfecto empresario irá?

─Claro que no irá, no se debe juntar con la clase baja probablemente y... ¿"mi perfecto empresario"? ─alcanzo una almohada y le doy un golpe con la misma.

─No eres de clase baja, burra y si dije esa expresión es porque tarde o temprano terminarán juntos ─dice mientras pasa su mano por su cabeza; el lugar afectado por el golpe.

─Mocoso, no me ofendas.

─No negaste que terminarán juntos ─hace una mueca pícara.

─Ahora lo niego, no terminaré con mi perfecto jefe.

─Perfecto, eh.

─Cariño, pequeño, bebé, es hora de que dejes tus tontos pensamientos y me dejes prepararme.

La chica de los cafés |J.JK| (Corrigiendo)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt