Capítulo 34: Persiguiendo a Flyn

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Escenas anteriores a este capítulo:

Los gemelos descubren el secreto de Marian, Robin logra rescatarla, pero Flyn huye con la varita mágica.

En la actualidad:

Los chicos caminaban entre los árboles, riendo aún por lo que habían hecho a los guardias y gemelos.

Robin miraba disimuladamente a Marian, ella lo notó en más de un par de ocasiones. No estaba segura de lo que quería hacer, no sabía si seguirían peleando o trataría de convencerla de que su plan era una auténtica locura. Aún así tenía la certeza de que quería hablarle.

Se aclaraba la garganta y señalaba con los ojos, al menos así fue las dos o tres veces que sus miradas se cruzaron directamente.

No le permitiría manipularla, ni siquiera que lo intentara. La sola idea la enojaba.

Marian: Scarlett - la chica y sus acompañantes se giraron - Deberíamos regresar al castillo. Quizá aún podamos almorzar. Necesito que me ayudes con unas cosas.

Las súplicas surtieron efecto y tras algunas despedidas pronto se encontraron de camino a casa, como siempre manteniendo el silencio.

Aunque el almuerzo había sido una excusa, Marian no fue al comedor. Scarlett la vio ir directamente a su habitación, así que se preparó para comer.

Marian se retiró para descansar, pero su mente no encontraba sosiego. Se sentía envuelta en una pena sin tormento. Una tristeza sin llanto. La tiene presente aún cuando los demás no la ven.

Su pena consiste en vivir con el deseo sin esperanza. Deseo de libertad y deseo de amar.

Recostada en su cama y atenta al techo se sumergía en el oscuro mar de la desesperanza, hundiéndose poco a poco.

Alguien golpeó su puerta. Se levantó de golpe. Tambaleándose se acercó a la puerta sin la más ligera noción del tiempo que había pasado. Sacudió su cabeza y tiró de la puerta. Scarlett estaba ahí, con pasteles en una bandeja sostenida por ella.

Scarlett: Me preguntaba si podrías ayudarme con lo del baile - Marian se quedó como congelada un momento, dos segundo más tarde reaccionó y se apartó con una sonrisa, dándole a entender que podía pasar.

Marian: Oye, no tengo mucha experiencia con eso de la apariencia física - cerró la puerta - Así que quizá no termines como esperas.

Scarlett: No importa - se sentó en el tocador de la princesa, justo frente al espejo - Lo que de verdad me interesa es que pasaremos tiempo juntas.

Marian sonrió nuevamente y se acercó.

Marian: Muy bien, entonces qué es lo que quieres hacerte, ¿te dejamos el cabello suelto? O... ¿Un vestido diferente?

Scarlett: Las dos cosas suenan bien, pero no tengo muchos vestidos, menos uno para un baile. - la miró con preocupación a través de su reflejo.

Marian: No te preocupes por eso, es un baile informal. Pero... - se acercó a su armario y abrió ampliamente sus puertas - Puedes tomar prestado uno mío si quieres, la mayoría casi no los uso y hay muchos que están completamente nuevos.

Scarlett: Veamos... - se acercó hasta donde estaba su amiga. Se quedó asombrada frente a la cantidad de ropa mientras Marian sonreía con superioridad.

Marian: Adelante, puedes tomar los que gustes.

Pasaron un rato así, probándose ropa, zapatos, anillos, collares y tiaras.

Al final ambas estuvieron de acuerdo en optar más largo que el que habitualmente usaba, zapatos del mismo color que Scarlett había calificado como "cómodos para el ajetreo del baile", y un delicado anillo en la mano izquierda, en el anular, con una delicada forma de una flor de cinco pétalos en la que brillaban rubíes.

Juntos en Sherwood - TerminadaWhere stories live. Discover now