Capítulo 43: Juan, el héroe

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Escenas anteriores a este capítulo:

El príncipe Juan engaña a los aldeanos para ser popular y Robin lo hace caer en su propia trampa, para el beneficio del pueblo.

En la actualidad:

Marian: Vas a decirle a todos sin importar que esté dando dinero, ¿verdad? - preguntó a Robin, aún atenta a su primo.

Robin: Si hace alguna tontería no dudes en que lo haré - Marian acarició con delicadeza el trébol.

Pequeño Juan: Deberíamos aprovechar que el Principe y sus guardias están tan entretenidos para poder conseguir nuestra comida - Tuck le dio la razón y Scarlett quizo acompañarlos.

Marian volvió a ponerse el trébol en el hojal de su vestido y alejó sus manos de él, como si presintiera que su fragilidad estaba al acecho y no podía permitirse apartarse de ese detalle.

Robin: No pondré en ridículo a tu primo si no quieres - dijo súbitamente, con tanta suavidad que Marian temió que fuera solo producto de su imaginación.

Marian: No pensaba en eso - respondió en el mismo tono - Es solo que - hizo una nueva pausa, respirando con dificultad - Estamos rompiendo las cadenas del principe.

Robin: Pronto no quedará nada de ellas.

Sus palabras se quedaron en el aire y a los oídos de la princesa sonaron como latas vacías siendo golpeadas contra el suelo, era inevitable no sentirse tan impotente, aún más cuando sabía que su propio final se acercaba.

Robin: ¿Estás bien? - preguntó claramente preocupado.

Marian: Si... - susurró con la mirada perdida en algún punto de la aldea. De inmediato sacudió la cabeza y sonrió - Estoy bien, solo creo que me metí demasiado en mis pensamientos.

Robin: Me asusté, pensé que estabas mal y no querías contármelo - trató de esconder el sonrojo de sus mejillas pero la sorpresiva mano de Marian, de repente sobre su rostro en una suave caricia lo impidió.

Marian: Nunca vuelvas a preocuparte o a pensar que yo no confío en ti.

Robin: No volveré a pensar o decir eso - recibió un corto beso en los labios y en la separación intuyó algo. Había algo que Marian le ocultaba, el asomo de la desconfianza volvió a atacarlo, pero trató de disiparlo de su mente tan solo por el temor de faltar a su palabra, más no por ella.

Con cada error todos nos van importando menos, no es un secreto, ¿hasta donde podríamos, entonces, mantener esta fachada?

Marian no le respondió, eso avivó sus sospechas, aún así no hizo nada al respecto, quizá para evitar un problema, o quizá porque ya estaba acostumbrado a la decepción y por qué no, también al rechazo.

Robin: ¿Irás al castillo? - Marian suspiró resignada antes de dar una respuesta afirmativa con la cabeza y volver a perder su mirada entre la gente que iba y venía bajo ellos, cada uno en sus propios asuntos, aunque con una sonrisa amable para cualquiera que quisiera recibirla.

Marian: Debo asistir a clases - le explicó mirándolo de reojo, ninguno de los dos parecía interesado en el otro - Tienes que ser feliz, es lo único que voy a exigirte - susurró, en un tono tan inaudible que pareció más para ella que para su compañero.

Robin: Las cosas que esconde mi corazón me comen vivo, y me molesta que también me las esconda a mi - sus palabras salieron de él sin su propia y debida autorización - ¿Quieres que te acompañe?

Marian: No es necesario, solo despídeme de los chicos, debo irme ya - Robin no se despidió de ella y casi no notó el momento en que desapareció entre los árboles del camino hacia el castillo.

Robin: Cuando fue que dejamos de importarnos, por qué las cosas deben ser tan difíciles.

Por primera vez en mucho tiempo sintió miedo, estaba solo y había una gran posibilidad de que eso no cambiara en mucho tiempo.

Se sintió aterrado por la sola idea de la soledad de su corazón.

661 palabras 💚💙

Juntos en Sherwood - TerminadaWhere stories live. Discover now