La venganza de Drew (Percabeth y Jasper)

Quirón POV II

- Se avecina algo malo Quirón, algo probablemente peor que las últimas guerras- me dijo muy seriamente Jason.

- A que te refieres?- le pregunté con miedo en mi voz. Cada uno de los campistas era como un hijo para mi, en las últimas dos guerras habían muerto muchos y eso me había devastado, no podía permitirme perder ni uno más por un tercera guerra, no podría soportarlo.

- Ahora no se van a alzar los titanes ni un Primordial- dijo Percy con enojo en su voz- Es algo a lo que los dioses nunca se habían enfrentado, se van a alzar Nyx, Gea y...- a Percy le temblaba el labio inferior- Tártaro.

En cuanto dijo ese nombre, el ambiente se tornó frío.

- No...no es posible- logré decirle- son demasiado débiles para resurgir.

- Es que no están solos Quirón- intervino Nico- los esta ayudando un mago, y es uno egipcio.

Todos estábamos perplejos, todo estaba absolutamente en silencio.

- Eso no es todo verdad?- inquirió Will.

-No, tienen planeado algo grande y Gea quiere a Percy de su lado, tiene un plan y si primer paso fue solamente quitar la niebla, hay mucho más Quirón- me dijo Annabeth sujetando fuertemente la mano de Percy.

Katie soltó un sollozo.

- No quiero perder mas de mis hermanos- sollozó en el hombro de Travis- no quiero otra guerra.

- Necesitamos informar de inmediato a los dioses- dije recuperando la compostura, si quería que tuvieran esperanza, debía de ser el ejemplo.- Leo, nos puedes llevar a Manhattan?- le pregunté.

El solamente asintió.

- Siganme- nos pidió y todos lo seguimos a su barco.

------------------En el Olimpo----------------

- Entonces es cierto- murmuró Zeus después de que le hubieran explicado todo.

Todos los dioses tenían miradas tristes en sus rostros y justo cuando el día no podía ir peor, apareció Hécate en medio del salón del trono y cayó desmayada.

- Madre!!- grito Lou y corrió a ayudar a su madre ponerse de pie. Hecate tenia profundas ojeras y su pelo estaba surcado de canas.

- Hecate, que sucedió?- le preguntó Hestia preocupada.

- El intentar conservar la niebla me costó mucho poder y todo para nada- se lamentó la diosa.

- A que refieres?- preguntó Artemisa con mirada preocupada.

- La niebla ha caído- fue lo único que dijo Hécate.

Y ese soleado, demasiado soleado para mi gusto, día, fue el día en el que la niebla cayó.