Capítulo 3 - Hablarán de ti y de mí

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¡Hey! Siento la tardanza en actualizar pero he tenido cientos de cosas y la vida y la pandemia esta me han pasado por encima. Es un capítulo corto en comparación con los anteriores pero espero que os guste.

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Es curioso lo que puede cambiar tu perspectiva sobre algo en cuestión de una noche.

En unas horas había pasado de odiarme profundamente, de no querer volver a verla porque pensaba que no era suficiente, a suspirar por pensar que nunca podría estar con ella, y ahora la tenía en mi cama, durmiendo tranquilamente, mirando cómo su pecho se elevaba y descendía con cada respiración pausada, rozando tímidamente su piel cuando se me presentaba la ocasión. Todavía no me atrevía a abrazarla, ni a despertarla suavemente con un beso ligero en la mejilla o los labios.

Todavía era pronto para eso.

Pero el alma y el deseo me quemaban por dentro: quería consumir todo, explotar lo que sentía por ella hasta que nos dejaran nuestros límites. Quería devorar cada suspiro, cada beso, cada pequeño gesto que me regalara. Quería que se evaporara pero que se mantuviera. Quería que ardiera tan rápido como la gasolina pero que permaneciera durante el mayor tiempo posible.

Amelia se revolvió en la cama, bostezó y se despertó del todo. Me giré para evitar que viera que estaba mirándola y me levanté deprisa para meterme en el baño. El corazón se me había acelerado y casi me faltaba el aire. Abrí el grifo del lavabo para refrescarme un poco la cara y en ese momento se abrió la puerta.

-Buenos días, dormilona -murmuró mientras bostezaba-. ¿Qué tal has dormido?

-Dormilona yo, ¿eh? -repliqué mientras me secaba la cara-. Llevo despierta más tiempo que tú, bonita.

-Madre mía qué humores mañaneros...

-Pero respondiendo a tu pregunta... -La miré con ojos inquisidores, y riéndome-. Bastante bien, la verdad. Creo que no dormía así de bien desde hace meses.

-Me alegra haberte ayudado a descansar... -Me guiñó un ojo mientras me rozaba el trasero y salía por la puerta del baño.

-Oye, ¿qué quieres de desayunar?

-Cualquier cosa me sirve, no voy a poner problemas a nada.

-¿Café y tostadas?

-Café y tostadas está perfecto, Luisi -Me sonrió mientras me dirigía a la cocina a poner la cafetera y el pan.

El resto de la mañana la pasamos tranquila, buscándonos para robarnos un beso, mirándonos, intentando adivinar qué pensaba la una de la otra, queriendo repetir lo de las noches anteriores... Y siempre queriendo más. No nos bastaban esos momentos: queríamos más, queríamos consumir todo lo que pudiéramos la una de la otra mientras nos fuera posible, mientras durara aquello. Habíamos implosionado, llenando todo el espacio de lo que podíamos ser y estábamos siendo, sin importarnos lo que pudiera pasar en un futuro. Nos daba igual todo porque en ese pequeño espacio que habíamos creado no nos hacía falta nada más.

Era difícil explicar con palabras todo lo que sentía por ella, la conexión tan brutal que habíamos logrado en tan poco tiempo. Una atracción magnética, fuerte y que a ratos me parecía peligrosa. Parecíamos estrellas a punto de chocarse, buscando unir ese calor y esa luz para brillar más que cualquier otro cuerpo en el universo. Un escalofrío recorrió mi espalda mientras pensaba en cientos de futuros posibles, en los que nos gastábamos tanto y tan rápido que no queríamos volver a vernos. Las posibilidades buenas y malas se agolpaban en mi cabeza, me asfixiaban y me gritaban que fuera rápida, que no malgastara tiempo. Sólo escuchaba la urgencia y la necesidad, el calor de aquello que tenía tan cerca en ese momento, pero que podría escaparse cuando menos me lo esperaba.

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⏰ Última atualização: Mar 20, 2021 ⏰

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