-Hola.- Dijo Maya al ver a la morena abrir la puerta.La rubia quedó algo obnubilada al ver a la morena, la pediatra tan sólo llevaba un corto pantalón negro y una blusa muy pegada del mismo color. A pesar del frió que había comenzado a hacer el apartamento estaba totalmente climatizado y la morena parecía muy cómoda con ese atuendo aunque Carina se sitió un poco incómoda al notar la mirada inquisitiva de la rubia sobre su cuerpo.
-¿Qué quieres?- Soltó sin andarse con rodeos.
-Disculparme.- Maya levantó una bolsa blanca que llevaba en su mano.
-Eso ya lo has hecho.- Carina seguía bastante reticente.
-Carina , por favor. Sólo quiero firmar la paz contigo.- Dijo Maya intentando convencerla poniendo sus ojos más infantiles.
-No es necesario. No hay nada que firmar, en serio...- Carina quería que se marchase.
-No voy a insistir más, no quiero parecer una psicópata. Te dejo aquí el vino y la comida, de todas maneras era mucha para mi.- Dijo Maya dándole la bolsa a Carina .
-Está bien, pasa.- Tuvo que recular al ver la cara triste de Maya.
Maya pasó mirando a su alrededor tranquilamente mientras que Carina dejaba las bolsas en la cocina y comenzaba a servir todo. Abrió el vino y relleno dos copas una para cada una y sirvió la ensalada de Carina y la hamburguesa para ella. La tensión entre ambas parecía bastante grande entre las dos, Maya se sentó en un lado de la barra y Carina en el taburete de al lado.
-Te traje una ensalada, imaginé que no comerías una hamburguesa.- Dijo Maya intentando cortar la tensión del momento.
-Gracias, aunque deberías haber traído otra para ti. Esa cantidad de grasas no son nada sanas y mucho menos para la cena.- Justificó Carina muy convencida.
-Me alegra que te preocupes por mi salud pero no soy muy de comidas verdes.- Maya dio un gran bocado a su comida.
-No se de tanta importancia, oficial Bishop.- Soltó Carina cortando las ideas de la rubia.
-¿Oficial ? Carina si vamos a firmar la paz necesito que me llames Maya .- Justificó para convencer a la morena a volver a pronunciar su nombre.
-No vaya tan deprisa. Sólo estamos cenando porque realmente no me apetecía cocinar.- Dijo Carina para cortar un poco las alas a Maya se parecía que se soltaba demasiado.
-Está bien, iremos a tu ritmo.- Maya sonrió ligeramente.
En ese momento la tensión aumento y ninguna de las dos sabía que decir para cortar ese silencio tan incómodo que se había instaurado entre ellas. Ambas comían y de vez en cuando se miraban, era Maya la que más miraba a Carina , sus ojos parecían inquisitivos, quería conocer a la morena pero no podía dejar que esta se diese cuenta, justo cuando iba a hablar Daniel comenzó a llorar bastante irritado.
-¿Puedo cogerlo?- Preguntó Maya suavemente dejando la mitad de su hamburguesa en el plato.
-Está bien, mientras le preparo yo el biberón.- Dijo dejando su tenedor en la ensalada y dirigiéndose a la cocina.
-¿Qué te pasa, cariño?- Maya se acercó al carro y cogió al niño en brazos mientras le hacía caricias para que se relajase un poco.- ¿Tienes hambre?- Dijo con voz infantil mirando a Daniel .- ¿Quieres que tía Maya te dé de comer?- Maya apoyó al niño sobre su pecho para que se relajase y dejase de patalear.
-Oficial .- Dijo Carina acercándose a Maya que se había sentado en el sofá.- Puede seguir cenando mientras que le dio la cena a Daniel .
-No te preocupes, ¿Me dejarías dárselo a mí?- Puso la misma cara infantil que había puesto en la puerta.
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Las apariencias engañan
同人小說Carina Deluca es trasladada al hospital de Seattle donde deberá trabajar por un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Maya Bishop, ambas polos opuestos. ⚠️Está historia es una adaptación del mismo nombre de Cristina13