trece.

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desperté debido al sonido de pasos por todo el cuarto y sala, tallé mis ojos viendo los números rojos del despertador.

3:37 P.M

me senté sobre la cama aún con la vista nublada, no llevaba puestas mis botas y chaqueta, estaba cubierto por una suave manta blanca, los pasos volvieron a sonar y tuve la silueta de MinGi frente a mí, llevaba puesto un traje, corbata roja y una sonrisa en su rostro.

ya veo que te gusta dormir, mi amor—. suspiré  pensando en por qué estaría tan arreglado.

¿vas a salir?— su semblante se torno serio y relamió sus labios.

no, necesito que te quedes en tu habitación, sé que amas jugar Mario Bros así que te compré un DS con unos cinco juegos...— retiró la colcha de mis piernas y cargó mi cuerpo en sus brazos, escuché un auto fuera de la casa, pude sentir su corazón acelerarse bajo mi oído, caminó mas rápido y me sentó sobre mi cama — mi amor, necesito que te quedes aquí...—sacó la llave del cuarto — cierra la puerta con llave y no la abras, escuches lo que escuches, no vayas a abrir la puerta, guarda silencio — un ruido fuera de la habitación llamó mi atención.

—¿qué fue eso? — dejó un beso sobre mi frente.

no puedo decírtelo, te amo, mi amor — cerró la puerta detrás de él y puse seguro con la llave.

corrí hasta la ventana para ver quién era, una mujer bajó del auto, era alta y rubia. poseía un delgado cuerpo el cual modelaba un vestido negro con tacones de aguja, MinGi salió de la casa y paso un brazo por la cintura de ella. entraron a la casa y pegue mi oído a la puerta pero solo escuchaba murmullos. busqué en las bolsas hasta sacar el videojuego, inserte la memoria y comencé a jugar.

siempre había querido una de estas cosas, me recordaba a mis primos. Las siguientes dos horas se basaron en yo jugando y maldiciendo en voz baja cuando me mataban, estaba a punto de vencer a Baby Bowser en el barco hasta que un grito me hizo botar el juego y morir.

—¡ah dios! —los gritos eran más fuertes.

tragué en seco, era la voz de una mujer, pronto me di cuenta de que no eran gritos, eran gemidos, pegué mi oído a la puerta de madera, escuchaba ese peculiar sonido de piel contra piel, tomé la llave de mi bolsillo insertándola en la cerradura.

"escuches lo que escuches no vayas a abrir la puerta."

sentía un nudo en mi estomago, saqué la llave guardándola de nuevo. me dejé caer en el suelo comenzando a morder mis uñas, se estaba follando a esa tipa fuera de la habitación mientras que yo debía escuchar todo el espectáculo.

sabía que debí escapar cuando tuve la oportunidad, todo este tiempo me ha estado manipulando, diciendo que siente algo por mí ¿por qué? no tengo idea. cerré mis puños queriendo golpear la puerta, estaba furioso, cogí la almohada y tirándola al suelo comencé a tirar golpes en ella, la pateaba y arañaba hasta que me tire al suelo agotado.

lloraba por haber sido tan estúpido al quedarme, me recosté en la cama cubriendo con la almohada mis dos oídos, comencé a cantar en voz baja una de mis canciones favoritas. The Beach.


if i told you that I loved you

tell me, what would you say?

if I told you that I hated you

would you go away?


¡ah !—los gritos eran aún más fuertes que antes.

me gustaba cantar porque me hacia olvidar el por qué de mi enojo, aunque algunas veces simplemente incrementara aquel sentimiento hasta convertirlo en tristeza.


slowly, I think I can see the beach

i know it's underneath

i need you here with me

but we're out in the open swimming

think I can see the beach

just don't look underneath us

i need you here with me but I don't us

i need you here with me but I don't.


y lloré un poco mas hasta quedarme dormido.



 ૮₍ '• ˕ •' ₎ა  

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kidnappè,  yungiWhere stories live. Discover now