diecinueve.

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mi cuerpo sudaba en cantidades alarmantes, todo era culpa de aquella maldita cosa, MinGi no mencionó palabra alguna durante todo el trayecto de regreso, pasaba señales de alto y apretaba el volante mientras yo me limitaba a abrir la ventana intentando cesar el calor que corría por mi cuerpo.

saqué mi camisa al igual que mis pantalones, sentía menos calor, levanté mis brazos sintiendo la libertad y el fresco aire correr por mi cuerpo, suspire viendo las estrellas por la ventana, estábamos entrando al bosque y el aire era mas ligero, tranquilo. tal vez me conoce tan bien que sabe cuánto amo los bosques. el auto se estacionó y se giro a verme.

¡¿qué carajos?! ¿¡por qué estás desnudo?!

no, no, no, la pregunta correcta sería ¿por qué tú no estás desnudo? —cerró los ojos como si contuviera su cólera— tengo demasiado calor.

es normal, dentro de unas cuatro horas el efecto de esa mierda abandonará tu cuerpo. en serio, ponte la ropa.

¿por qué? —bajé mis brazos.

porque luces muy bien... —bajó del auto abriendo mi puerta, volvió a cargarme entre sus brazos y entramos a la cabaña.

me recostó en mi cama dejándose caer a mi lado, miré su perfil: desde la línea de su mandíbula hasta sus gruesos y rosados labios que seguían por su nariz.

nunca más, escúchame bien. nunca, volverás a ese lugar.

pensé que nunca llegarías... —el pequeño gato rasgando las sabanas subió hasta nosotros colocándose en medio.

siempre voy a llegar... —el dedo de MinGi abarcaba gran parte de la cabeza del canino.

mataste a ese hombre... —no lo juzgaba, si me dieran una pistola también lo hubiera hecho. pero pensé que MinGi era...una persona...parcialmente normal.

le di lo que se merecía, merecía más pero tenía que sacarte de ahí.

¿has matado a más personas?

puede ser... —eso era un sí, uno que provoco escalofríos en mi cuerpo.

me gusta sentarme en tu regazo, es más cómodo que cualquier otra silla— mencioné tratando de cambiar el tema, giró su mirada hacia mí.

quiero besarte —guardé silencio —pero no voy a hacerlo.

¿por qué? —se levantó de la cama y retiró su cinturón, zapatos, pantalón y camisa quedando solo en bóxer y la camisa interior.

porque quiero que lo hagas tú... —se recostó de nuevo sin tocarme—. buenas noches —se dio la vuelta dejando su espalda frente a mí.

¿me darías un abrazo? —pregunté sacudiendo su hombro, se dio la vuelta envolviendo mi cuerpo entre sus brazos mientras dejaba un beso en mi cabello.

necesitas un baño, hueles a marihuana, que creo que si enciendo tu cabello podría drogarme... —solté una risa antes de comenzar a llorar.

pensé que iban a violarme, me tocaron allí... —pasé mis manos por sus brazos.

¿sabes qué es lo peor? —susurró tratando de ocultar su voz quebrada —te quieren a ti.

¿a qué te refieres?

quieren lo que yo amo, quieren que seas uno más en esa página.

¿de que estas hablando, MinGi?

siempre lo han querido... —su pecho se sacudía— no voy a permitir que te tomen. tú no eres uno de ellos, tú eres mi amor.

—me estás asustando —abrazó con más fuerza mi cuerpo.

—te amo, mi amor.




૮₍ '• ˕ •' ₎ა  

a llorar

kidnappè,  yungiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora