veintiocho.

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acomodé la corbata en mi cuello frente al espejo asegurándome que estuviera derecha, abroché los botones de mis guantes de cuero a las muñecas y salí de la habitación viendo a San en su celular mientras MinYun descansaba en su regazo, apartó la mirada del aparato viéndome de arriba abajo.

¿y tú a dónde piensas ir tan arreglado sin mí?

no creo que quieras acompañarme —saqué una pistola del horno guardando otro cartucho en mi bolsillo— no quiero que te involucres en estas cosas.

¿piensas ir tú solo a ese lugar y acabar con todos esos rudos y grandes tipos? —se levantó del sillón quedando frente a mí.

—encontré un revolver seguido de una Mágnum 44, levanté ambas viéndolas detenidamente, dejé el revólver tomando la mágnum.

¿estás loco? ¡van a matarte!

tienes razón —suspire fingiendo rendición— es por eso que vas a acompañarme —le tendí el revolver mini y otra pistola.

¡no voy a matar a nadie!

exacto, es por eso que iré yo solo.

tomé las llaves del auto abriendo la puerta de la cabaña, la cerré y entre al auto encendiendo el motor. saquè de mi bolsillo la cadena de YunHo, miré detenidamente el diamante brillar y lo colgué esta en mi cuello apretando el volante entre mis manos causando un sonido chillante ante el cuero con la piel. la puerta de la cabaña se abrió y San entró al auto con su típica vestimenta de blanco y negro. sin decir nada arranqué el auto en reversa para manejar directo a la fábrica donde solían hacer todas las atrocidades. nunca me había sentido tan mal conmigo mismo hasta que vi su mirada de horror al enterarse de lo que hacía.

pero esta noche no me importa un carajo, voy a matar a esos hijos de puta.

las ruedas del auto rasparon contra el pavimento al frenar, bajamos de auto y antes de tocar la puerta miré a San.

todas las personas que están allí dentro, exceptuando a YunHo, son mierda. mierda de la más pura, merecen que les vuelen las pelotas de un tiro, no lo pienses dos veces, solo dispara, ellos no van a pensarlo dos veces antes de volarte los sesos.

mi mano tocó la puerta de metal.

—¡es MinGi!— grité.

èsta se abrió y San entró detrás de mí en silencio, Mars estaba frente a mí, podía notar cómo algo andaba mal desde un principio, todos estaban callados y tenían una mirada nerviosa, sobretodo SeongHwa.

¿qué pasa, chicos? lucen asustados —me posé frente a ChangBin— ¿tienen a alguien nuevo? —nadie respondía—. bien, ya que nadie piensa hablar, ¡¿dónde está YunHo?!

no vamos a decirte, ya no mandas más aquí... —Felix salió por detrás.

mmm... —entrecerré mis ojos frunciendo el ceño— respuesta incorrecta —la Mágnum en mis pantalones se deslizó fuera dejando una bala en el cuello del hombre.

y así empezó, la habitación retumbaba por el sonido constante de armas de fuego siendo descargadas, muchos no poseían armas por lo que solo corrieron,   San me ayudó desde atrás, un cuarto de los que se encontraban en la sala ahora estaba muerto.

San, busca a YunHo, voy por SeongHwa.

asintió corriendo a los pasillos. caminé por el segundo cuarto viendo a un tipo encogerse, dejé dos balas en su pecho antes de seguir caminando, cambié el cartucho entrando a la sala donde el idiota trataba de escapar.

hola, tenemos asuntos que atender.



૮₍ '• ˕ •' ₎ა  

kidnappè,  yungiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora