___𝓒𝓐𝓟𝓘𝓣𝓤𝓛𝓞 11___Lo que el viento se llevó

1.1K 76 29
                                    

El oscuro pasillo era iluminado por unas linternas con un brillo rojo el cual apenas iluminaban aquel pasillo donde se encontraban unas puertas que parecían hechas de metal sólido, dónde solo encerraban a los animales.

Caminando por esos pasillos estaban los dos hombres mayores, Resendo y Leo, este último se encontraba con una sonrisa parecía muy animado.

–Bueno Dones ahora les voy a dar una sorpresa–Dijo el azabache sonriendo mientras caminaba por aquel pasillo siendo acompañado por esos hombres detrás.

–Sorpresa? Que es lo que tramas está vez patrón?–Dijo uno de los hombres.

–El que tiene una pregunta aquí soy yo...¿Hace cuánto ustedes no sienten el tacto de una mujer?...–Cuando el azabache noto ya habían llegado al lugar pensado–Aqui está! El cuarto 5...–

–Que tiene de especial este cuarto?–Pregunto el segundo viejo.

no respondieron a mi pregunta–Dijo en tono autoritario y los viejos se pusieron un poco nerviosos, sabía de lo que era capaz el con tan solo imaginarlo.

–Yo pues...anda a saber, hace unos...30 años después de que abandone a mi mujer...–Dijo el primer viejo a lo que el segundo llevaba su mano a su barbilla.

–Yo hace unos 15, la última con la que me metí fue con la esposa de mi hijo...por eso me hecho de su ascienda, yo antes era de clase alta–respondió el segundo viejo.

–Pues bueno dones! Ustedes se merecen más de lo que vivieron...así que permítanme regalarles una noche inolvidable, Resendo hágame los honores...–

El ex-minero asintió sacando su enorme cadena de su montón de llaves, saco la llave la cual pertenecía al respectivo cuarto, tuvo que hacer un poco de esfuerzo para abrirla ya que la puerta estaba oxidada.

Cuando la abrió los viejos se acercaron viendo que era un cuarto completamente oscuro para luego ver cómo unas luces rosas fuertes iluminaban el cuarto, mágicamente del otro lado de la pared empezaron a aparecer un montón de mujeres las cuales traían ropas muy finas así como transparentes, de diferentes tipos de colores de pelo, alturas y diferentes tipos de cuerpos, estás llamaban a los dos hombres viejos insitandolos a ir con ellas, los hombres, no negaron tener una ****cción, era la fantasía de todo hombre.

–Pero porque se me quedan viendo ahí? Vayan y disfruten!–Dijo Leo con una sonrisa a lo que los viejos se miraron y luego se acercaron a Leo deseándoles las gracias mientras les daban la mano–Les cierro la puerta ¿Si?–Dijo y los hombres asintieron, cuando la cerro Leo se sacudió un poco la mano miéntras ponía cara de asco y luego abrió una pequeña escotilla para ver el espectáculo.

Los hombres parecían disfrutar, las mujeres le sacaban sus camisas de a poco mientras acariciaban sus cuerpos con cierta lujuria en sus caras, estos hombres estaban viviendo el máximo éxtasis, pero en un momento las pupilas de las mujeres se pusieron completamente blancas, y cuando acariciaron la entrepierna del viejo con el peinado azabache en un rápido movimiento le arrancaron lo que tenía en la entrepierna de una, pero muy fuerte mientras una de las mujeres pisaba lo que había quedado de eso y lo frotaba con su pierna, mientras que el viejo gritaba de dolor, su otro compañero veía esto con horror, pero más terror le agarró cuando al viejo del cabello azabache entre todas las mujeres le arrancaron la piel, dejando tan solo su cuerpo con sus entrañas afueras ala vista y estás se peleaban por la piel cual animales, cuando devoraron la piel fueron por lo que había quedado del hombre deborando sus entrañas y cubriéndose de su sangre, no dejaron ni sus huesos.

El otro hombre ya sabía cuál sería su destino, volteo para ver el rostro de las mujeres las cuales se le abrieran la cabeza por la mitad atrás vez de la boca, es que lo eran mujeres normales, con aquellos filosos dientes fueron a su brazo izquierdo y lo agarraron con tanta fuerza que lo arrancaron de una mientras los deboraban en un par de segundos y luego se le lanzaban encima del hombre mientras deboraban sus piernas y este se arrastraba con sus entrañas por fuera y luego dos dedos le atravesaban los ojos solo para luego terminar de ser deborado.

"𝓔𝓵 𝓣𝓻𝓪𝓽𝓸" Leochitl -Las Leyendas-Where stories live. Discover now