•|LOVE|•

5.9K 547 68
                                    

Ambos estábamos exhaustos por todo lo que había sucedido, las peleas, las malas noticias y aquella loca confesión de sentimientos que habíamos tenido tras revelar nuestros pasados poco gratos.

Reposaba mi cabeza sobre el pecho de Hyun Su y este mismo descansaba apoyado contra la pared. Ambos habíamos caído en un profundo, pero primeramente reconfortante sueño que duro escasamente una hora.

La próxima noche había llegado y con ello una feroz hambre nos había envuelto y obligado a despertar.

—  Debemos ir a comer — Murmure.

— Antes debo de mostrarte algo — Levante una ceja en espera de sus palabras.

Arrastró por debajo de un estante  la mochila que solía usar para recolectar cosas, la llevó hasta él y me miró con un enorme brillo y felicidad en sus ojos. Verlo de esa manera me obligaba a sentir encantada por él.

— Debes prometer que no me regañaras —

— ¿Por qué lo haría? —

— Promételo —

— Bien, lo prometo — Asintió convencido de mi respuesta y buscó dentro de la mochila. Tomó algo y lo sacó lentamente.

Abrí mi boca al reconocer de inmediato lo que sus manos sostenía. Mi rostro hormigueo y se tornó de carmín; Hyun Su había traido las calcetas que tanto había deseado.

— ¿Cómo supiste en qué departamento vivía y por qué arriésgate tu vida al ir hasta allá arriba? —

— Prometiste no regañarme — Frunció su ceño y formó un leve puchero que lo hizo parecer realmente tierno.

— Hyun Su ¿Cómo lo supiste? — Reproche. Tome las calcetas en mis manos y sonreí enormemente. — En verdad te lo agradezco —

— Seob — Contestó. Ahora tenía sentido la insistencia de aquel hombre por sacarme información. Guarde las calcetas nuevamente en la mochila y abracé al chico.

Nos tuvimos que separar ante el rugido de nuestros estómagos que exigían alimento.

Nos levantamos y caminamos hasta la cafetería, antes de entrar Hyun Su tomó mi mano y me dedicó una sonrisa que me dio seguridad.

Sería la primera vez que nos dejaríamos ver cómo una pareja, una pareja que llevaba unas escasas horas de haberse formado.

— ¿Está bien si lo hago? — Preguntó.

— Completamente bien — 

Al momento de dar los primeros pasos dentro de aquel lugar, las miradas de miedo, asombro e intriga se posaron en nosotros. Reí internamente al imaginar la maquilacion de información que estaba pasando por las cabezas de todos allí adentro sin saber en donde enfocar su atención; en Hyun Su conviviendo en normalidad con ellos o nuestras manos entrelazadas.

— ¿Quieres un poco de lo mío? — Ji Eun ofreció su comida a Hyun.

— No gracias — Contestó este.

Al tener nuestra comida, salimos de aquel lugar.

— Ya dejen de mirarlo así — Logré escuchar las palabras de Hye In al par de hombres que torpemente intentaron entablar una conversación sobre las cucharas que estaban utilizando para comer.

Nos alejamos de todos encontrándonos en el camino  a Sang Wook a quien gustosamente permitimos que nos siguiera.

Llegamos hasta una tabla en donde pensábamos tomar asiento, lo cual posiblemente no se hubiera hecho de no ser por el gran empujón de Gil Seob otorgó a los hombros de ambos hombres.

— ¿Se van a ir a otro lado? — Preguntó el hombre con descaro. — Siéntense, me distraen —

— Ven — Tiré de la mano de Hyun para que se sentara.

— ¿También te tienen que dar de comer en la boca muchacho? — Sang Wook trato de guardar una risa que amenazaba con escapar de su boca.

— No — Balbuceó Hyun Su.

— Ya entiendo — Gil Seob abrió sus ojos y formó una enorme sonrisa. — Ya sucedió ¿Cierto? Ustedes dos están juntos —

Hyun Su escondió su rostro mirando a otro lado ganándose una sonrisa curveada por Sang Sook y una estruendosa celebración por parte del veterano.

— Creí que tendría que morir para volver a ver el amor adolescente frente a mis ojos. —  Llevó sus manos a su barriga palmeándola.

Gil Seob al terminar de degustar su comida y de comerla a una gran velocidad tiró el plato a su costado aclamando lo deliciosos que había estado; entonces dirigió una vaga mirada a los dos hombres frente suyo que seguían sin probar por completo su porción de comida.

— ¿Qué les pasa? Incomodan a todos, pero estamos solos pueden relajarse — Miró a Sang Wook. — Deja de fruncir el ceño que ya con esas cicatrices eres feo — Ahora miró a Hyun Su. — Y tú ¿Qué haces con esas cicatrices en la muñeca? ¿Qué es, una competencia? — 

El hombre levantó su playera dejando ver una enorme cicatriz que abarcaba gran parte de su dorso de la cual explicó su origen mencionando que ninguno de los órganos que poseía trabajan bien en su cuerpo a lo que su doctor había estimado seis meses de vida para aquel hombre que ahora tenía una avanzada edad.

Gracias a su pequeña anécdota y tras acusarlos de ser idiotas, obligo a ambos a comer como mucho más interés y rapidez ganando una mirada y sonrisa de orgullo por el mayor; aleje mi plato y espere a que Hyun Su terminara para poder marcharnos.

— Estar afuera es raro — Ambos caminábamos por los pasillos en búsqueda de algo por hacer.

— No te perdías de mucho, Hyun. Muchos iban y venían ocupándose de las tareas que Eun Hyuk les otorgó —

— ¿Qué trabajo tienes tú? — Guarde silencio tratando de ocultar mi rostro para que no pudiera ver las señales carmín que se pintaban en el.

— Mi trabajo es cuidar de ti — El chico sonrió ampliamente guiando mi cuerpo al suyo para abrazarlo.

— Hyun Su — Chilló Yeong Su colgándose del gran brazo del mencionado rompiendo el abrazo. — ¿Jugarías conmigo? Su Yeong no quiere hacerlo nunca más —

La mirada del joven que ahora debía llamar ¿novio? Pidió a la mía una respuesta; asintiendo y sonriendo los platos que momentos atrás habíamos dejado en un estante.

— No se alejen mucho ¿De acuerdo? —

— ¿A donde iras? — Preguntó Hyun.

— Iré a dejar estas cosas — Sacudí los platos.

Antes de marcharme, mis labios pidieron el tacto de la piel de Hyun Su, por lo que rápidamente bese su mejilla y me alejé casi corriendo. Esto era una locura, jamás había imaginado que mi primer amor sería de otro país y dentro de una maldita pandemia.

Al llegar a la cafetería aún habían variaras personas comiendo allí dentro, sonriendo y riendo para pasar el tiempo en armonía; me dispuse a limpiar los utensilios que había utilizado y por un momento quedé en blanco.

— Veo un brillo diferente en tu rostro — Levante la mirada y saludé a Du Sik. — El abuelo se encargó de contarme todo. Debo de confesar que yo me di cuenta de ustedes dos desde el primer día que llegaron a mi hogar —

— Supongo que ahora todos lo saben — Reí.

— ¿Hay algún problema con ello? ¿Querían mantenerlo en secreto? —

— No. Supongo que no — El hombre sonrió con orgullo y me indicó que lo siguiera.

— Aquella noche cuando Yeong Su junto sus manos para simbolizar una amistad, logré percibir mucho más que eso y me siento feliz de que sucediera. Ambos merecen amor y cariño en estos tiempos tan difíciles —

Sweet HomeWhere stories live. Discover now