La repartidora extraña

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Kagome y Miroku estaban solos en el salón que le pertenecía al consejo estudiantil. Era muy temprano y para Miroku fue difícil tener que levantarse mucho antes que de costumbre pero por lo que le contó su amiga la situación era de verdad una emergencia. 

- Mantén la calma Kagome- san. Nuestro presidente puede ser serio y demasiado popular pero no parece ser un mujeriego descarado. Si aceptó salir con Rin-chan entonces algo en ella debe gustarle bastante - decía Miroku intentando verle lo positivo a la situación aunque en realidad él también estaba muy preocupado de los sentimientos de Rin. Kagome negó. 

- Inuyasha dice que esa chica... Sara... siempre ha sido muy importante para Sesshomaru. Algo así como su primer amor. Incluso... Fue a verla hace dos días... - decía con pena. Se sentía algo culpable. Miroku también se debía de sentir igual ya que ellos impulsaron a Rin a confesarle sus sentimientos al Kaicho. 

- Pero... ¿Si las cosas iban tan bien con ella entonces por qué aceptaría salir con nuestra querida Rin? Tal vez Sesshomaru es un hombre de dos mujeres. o.. puede ser que realmente las cosas entre ellos no están nada bien. En ese caso Sesshomaru solo... - Miroku se detuvo, le era difícil pensar lo siguiente. No creería que alguien como Sesshomaru actuara así con una persona querida entre ellos y sus amigos como Rin. Incluso alguien como él mismo jamás haría algo así. 

- ¿Sesshomaru estaría usando a Rin por despecho? - preguntó con pena Kagome. Los dos adolescentes se miraron preocupados. 

El sonido de la puerta abriéndose los asustó y sorprendió a ambos haciéndolos gritar. Sesshomaru acababa de entrar al pequeño salón del consejo. Al ver su reacción los miró con extrañeza como si fueran bichos raros. 

- ¿Qué hacen en el suelo? Parecen vagabundos - dijo severamente. No parecía estar de buen humor. Kagome y Miroku se pusieron de pie. 

- Buenos días Kaicho - saludó Miroku. 

- Buenos días - respondió el chico de cabellos casi platinados mientras iba a unos estantes y buscaba unas hojas dentro de ellas. Miroku y Kagome se miraban nerviosos con ganas tremendas de preguntarle sobre su relación con Rin. Después de todo, el día de ayer esos dos se hicieron novios. 

La puerta fue tocada con golpes suaves. Miroku y Kagome voltearon a ver nerviosos, sabían quién era. De entre ellos solo faltaba una persona en el consejo. A diferencia de los dos, Sesshomaru solo se sentó y empezó a acomodar los papeles que sacó del estante como si no le interesara en lo más mínimo quién podría estar en la puerta esperando por entrar. 

- ¡Buenos días! - Rin entró al salón con una sonrisa y energías muy cálidas, características de ella. Sus energías eran siempre tan positivas que terminaban por subir los ánimos de cualquiera a su alrededor. Era todo lo opuesto a Sesshomaru. 

- Bue..buenos días - le respondió Miroku. Kagome rio nerviosamente.

- Buenos días Rin-han - saludó la chica mayor de cabellos negros casi azulados. Rin se adentró al  salón cerrando la puerta detrás de ella. Levantó un poco la mirada encontrándose con Sesshomaru. Al verlo sus mejillas se ruborizaron y sus ojos empezaron a brillar un poco. Se puso nerviosa recordando lo que ocurrió el día de ayer, cuando el aceptó salir con ella después de su confesión. Ya eran novios pero aún así no se habían mandado ningún mensaje y estaba segura que ambos se tenían agendados en sus teléfonos. 

Tomó aire y fuerzas, dejó de lado sus nervios y se encaminó hasta quedar al lado del presidente. Kagome y Miroku miraban nerviosos. Rin sonrió levemente algo avergonzada, tenía la mirada un poco de lado. 

Blossom: Un amor floreceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora