Alcohol -YuTae-

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Los neos se han puesto ebrios en la casa de los hermanos Lee -TaeIl, TaeYong y DongHyuck- —

– Leve mención del MarkHyuck.



II


Donghyuck se encuentra tirado debajo de la cama matrimonial que se ubica en la espaciosa habitación del Lee mayor de aquella casa, Taeil.

¿Cómo llegó ahí? No lo saben, sólo pueden apreciar la mitad de su cuerpo mal acomodado y escuchar los quejidos que suelta.

—Taeyong Hyung, no... aquí no~

Al parecer tiene un sueño.

—Siempre hacen lo mismo.— Murmura entre cortado, y las demás personas aún despiertas, no pueden evitar interesarse en sus murmullos. —Le dije... l-le dije a Yuta... Yuta hyung que si volvían a... que si volvían a...

Entonces para, deja de hablar y balbucea unas tantas cosas que no llegan a ser entendibles.

—Sáquenlo de ahí, se va a lastimar algo si sigue durmiendo en el piso.— Dice Johnny, mirando con una mueca hacia el lugar donde se encontraba el menor de todos.

—Yo quiero saber- —Jaehyun trata de hablar, pero es interrumpido por un hipido de su propia boca. —Quiero saber qué fue lo que le dijo a Yuta-Yuta hyung.

—No más sandía, Makku~

El nombrado hace una mueca y dirige su mirada hacia las piernas que sobresalían de la cama, encontrando aquello sumamente extraño, pues no debería ser así.

—Tu-tu cama acaba de hablar, Taeil hyung. —Trata de ponerse de pie, y ¡Oh! Sorpresa, obviamente tropieza en el intento. —Le salieron patas.

El mayor ignora las palabras del ebrio Mark y se pone de pie, analizando con la mirada el desastre en su pieza.

Taeyong se encontraba tirado sobre el cuerpo de Yuta -quien era uno de los pocos aún conscientes en aquel lugar- mientras este acariciaba su espalda de forma tranquila y dejaba besos en su hombro y cuello, escuchando como su ebrio novio le decía entre balbuceos que su reciente color de cabello le hacía parecerse a Light de Death note y que eso lo ponía caliente.

Johnny seguía mirando algo en su celular de forma desinteresada, sentado en el piso y recargado en el sofá en el cual se encontraban Taeyong y Yuta.

Jaehyun estaba acostado en el suelo, con sus extremidades desparramadas por todo el lugar y miraba al techo en total silencio, muy concentrado en su tarea.

Mark dormitaba tratando de mantenerse sentado a unos pasos de donde se encontraba Donghyuck.

Jungwoo y Doyoung simplemente dormían en la cama de Taeil.

Un suspiro pesado salió de los labios del mayor en aquella habitación, y decidió poner un poco de orden para que todos fueran a dormir, así podía correrlos de su casa a primera hora de la mañana.

—Yuta, lleva a Hyuck a su habitación y asegúrate de que Mark esté con ustedes.— Ordena.

El nombrado frunce su ceño y no duda en protestar.

—¡Hyung! ¿Por qué debería yo hacer eso? Es el novio de Mark, no el mío.

Ambos llevan sus ojos a donde el canadiense y lo observan cabecear, con los ojos cerrados y un mohin en sus labios.

—Pero Mark no puede ni con él mismo.— El mayor responde.

—¿Qué te hace pensar que yo podría?

Taeil sonríe burlesco hacia el castaño.

—No pareces tener problema cuando se trata de follar con Taey-

—¡Bien! Entendí, está bien.

Yuta jamás olvidaría aquella vez que Taeil los había encontrado teniendo sexo a mitad del pasillo de la casa del japonés.
Agradecía hasta ese día que ambos seguían medio vestidos, Taeyong con una camisa larga que lo cubría lo suficiente y él aún con sus jeans puestos.
El pelirosa había estado tan insistente ese día que no les importó hacerlo a mitad de la sala, hasta que estuvieron incómodos y Yuta tuvo que cargar al coreano, deteniéndose en una de las paredes para seguir moviéndose, entonces la puerta fue abierta y Taeil entró por ella, cerrandola de inmediato y saliendo para darles tiempo de volver a vestirse para recibirlo.

Ahora él usaba esa experiencia para amenazarlos, y Yuta se culpaba por no haberle puesto seguro a la puerta de su casa. Pero no podían culparlo, no estaba en sus manos que sus amigos se tomaran la suficiente confianza como para entrar en casas ajenas sin siquiera tocar la puerta.

—Así me gusta, anda. Lleva a Hyuck cargado, porque si los despertamos hará un alboroto. Mark irá con ustedes para que se quede con él en su habitación, y tú con Taeyong.

El japonés asiente y da tres palmadas suaves al cuerpo de su novio, quien suelta un quejido, pero accede sin más y se deja caer a un lado en el sofá. Yuta se levanta del lugar y se acerca al cuerpo del más pequeño en la habitación.

—Y Yuta, no es un permiso para tener sexo en mi casa, aunque sea el cuarto de mi hermano.

Él hace un puchero y procede a tomar en sus brazos a Donghyuck y llamar a Mark para que lo siga, viendo a Taeyong abrir la puerta del cuarto para encaminarse al suyo.

—Como si no lo hubiéramos hecho ya antes.— Murmura en la puerta.

—¿Qué dijiste?

Taeil gira su cuello de manera terrorífica y entonces Yuta sabe que es momento de apresurar el paso.

—¡Yuta!

















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