Cap.15 - Él volverá a nosotros

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Después de beber muchísima cerveza en el restaurante y bailar por horas, diferentes estilos musicales, Johnny y Daniel estaban agotados, mañana no habría entrenamiento y podían descansar un día entero. Ambos se tambaleaban hacía la camioneta y Johnny sacaba las llaves de uno de sus bolsillos.

- Ni se te ocurra manejar Johnny.

- Lo harás tu?

- No, pediremos un taxi.

El rubio siguió avanzando hacia la camioneta pero ya no escuchaba a LaRusso, volteó a verlo y el pelinegro se había sentado en el suelo del estacionamiento como signo de protesta para que no manejara.

- No seas infantil Daniel - dijo el rubio molesto por esa actitud y lo exhausto que se sentía.

- No me voy a mover, te lo advierto.

- Así??- dijo Johnny cargando a Daniel con sus dos brazos mientras el pelinegro se quejaba - antes eras más liviano Daniel, que pasó?

- Tu me haz hecho comer esa comida chatarra, deberías saber que paso - LaRusso trataba de salir de los brazos del rubio que se dirigía a la camioneta, pero le era imposible - Johnny no puedes manejar así...Robby?

El rubio se detuvo viendo como su hijo se les quedaba mirando enojado, "que hacía él ahí?",  soltó a LaRusso dejándolo caer al suelo. Ahora Daniel estaba enojado con él y Robby seguía mirándolos molesto aunque no supiera la razón.

- Hola- dijo el rubio refiriéndose a su hijo.

- No me hables.

- Robby, yo...quiero saber como estás.

- Solo quieres saber como están las cosas en Cobra Kai, yo te importo una mierda.

-Hey! Eso no es cierto Robby, tu padre se preocupa por ti y lo sabes - contestaba el pelinegro poniéndose de pie.

- A ninguno de ustedes les importé cuando estaba en la cárcel- decía mientras se alejaba de ellos- y eso no ha cambiado.

- Robby!- gritó Johnny viendo como su hijo se dirigía a la avenida, no sabía que más decirle y no le ayudaba estar ebrio y mucho menos que LaRusso estuviera ahí viendo lo sensible que era en realidad.

La reunión había terminado en un fracaso, y ahora iban los dos a Miyagi-do en un taxi, Johnny lo único que quería era ir a su departamento y beber hasta quedarse dormido, quería desconectarse del mundo y olvidar la imagen de su hijo enojado y perdido.

- Él volverá a nosotros Johnny- escuchó la voz de Daniel, obligándolo a salir de sus pensamientos, observando que ya habían llegado al dojo - solo esta confundido, pero es un buen chico solo dale tiempo.

- El problema es que Kreese es su sensei, Robby podría arruinar su vida...al igual que yo lo hice.

Ambos bajaron del taxi y entraron a la casa, el silencio llenaba toda la sala que seguía oscura siendo iluminada solo por la luz de la luna, ninguno parecía querer moverse lo único que querían era dormir y olvidarse de ese mal rato.

Johnny se recargó en una pared y empezaron a caer lagrimas por sus mejillas, odiaba la posición en la que estaba, él solo quería inspirar a chicos como Miguel y ganarse la vida, quería salir de esa vida llena de arrepentimientos y rencores, pero el destino no se la ponía tan fácil y ahora su hijo estaba del lado de su enemigo.

Daniel no veía lo que pasaba, pero escuchaba al rubio reprimir sus sollozos y debía hacer algo para calmarlo, así que se acercó a Johnny quien lo detuvo poniendo la mano en su hombro, el pelinegro lo observaba con tristeza, ya habían pasado meses de ser amigos y compartir el dojo, pero parecía que no había la confianza de hablar de sus vidas personales menos de decirle que se sentía ligeramente atraído por él.

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