Este amor aturde como mandragora

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El baile de navidad

Omnisciente P.O.V

Cada pareja bailaba, siendo felices por esos minutos contados.

Dean y Seamus, no sabían qué hacían, pero se sentían felices con eso. Quizás más tarde lo volverían a olvidar, y seguirían ocultando sus sentimientos detrás de esas cortinas semi-transparentes.
¿Que nos es obvio que se gustan? Lo es. Así como sigue siendo un misterio. Si, es una de esas cosas.
Dean se sentía en las nubes bailando con aquel pequeño chico. Y Seamus, en tranquilidad al encontrar sus brazos rodeándole.

Otra de las parejas (y de las más funcionales, a decir verdad) Luna y Ginny, bailaban, la pelirroja reía por el inusual baile que la chica de cabellos platinados hacía. Luna sentía encajar en un lugar al estar con ella, y aunque la tristeza no se iba, sentía esa felicidad tan intensa como el color rojo no solo de cabello de Ginny, si no también de sus mejillas.

Y luego, estaban Sarah y Neville.
No les importaba si la música iba más rápido de lo que bailaban, era lo de menos, ni siquiera la idea pasaba por su mente.
Neville lo único en lo que podía pensar, era en ella. En cómo su cabello caía tan bien y quedaba tan bien en su rostro, sus manos en su cintura, y las manos de Sarah rodeando su cuellos. Y Sarah, se olvidó de toda culpa que sentía, para reemplazarla con esa serenidad que la hacían sentir los brazos de Neville rodeándola. Sentía como si hubiera falta de gravedad, como si sólo estuvieran ellos dos ahí.

Pero su paraíso duró poco.

Ella levantó su vista, y al toparse con esa imagen, deseo no haberlo hecho nunca. Sintió tristeza, y culpa por sentirla a pesar de lo que ella había hecho, sintió esa impotencia y miedo, extrañamente Neville no fue suficiente para hacerla sentir mejor.
Se soltó de él, y salió corriendo, soportando las lágrimas que no tardaron en salir y correrse por sus mejillas.

Neville se quedó estupefacto, confundido y creyéndose culpable de todo esto.
Debía ser, el debía ser la razón...si no, ¿que? ¿Cual sería la razón?

Neville dio un giro con las manos en la cabeza, pensando en si ir tras ella, o no. Ginny y Luna insistían con la mirada, Katie igual, los gemelos trataban de buscarla.

-¿Que estás esperando?-alentó Fred.

-Neville!-exclamó la voz de Hermione, pero el chico aún pensaba.

Si iba detrás de ella, todo se revelaría y sería confuso, o quizás iría para bien. Todo mundo sabía que el ir tras ella, era un gran paso, siempre lo habían dicho. El dejarla, los seguiría dejando estancados, pero cada opción, los llevaba a un camino incierto.

-¿La dejarás?-preguntó la voz de Katie, quien lo miraba retadoramente y con decepción.

Mientras todos le insistían, y retrocediendo quizás un par de minutos, la mente de Sarah solo pensaba en huir. Al pasar por aquella puerta, Cedric se percató de lo había sucedido y que le había hecho salir corriendo. Él apartó a Cho, quien estaba avergonzada por la situación, se sentía una mala persona, y una mala mujer, y ni hablar de lo que sentía Cedric.

-Sarah, te puedo explicar...-trato de acercarse, pero ella lo apartó con una sola mana, vaya fuerza había adquirido, y siguió corriendo hasta los jardines.

-Ve, corre!-exclamó Cho Chang, y el chico hizo así.

Comenzó a buscarla, escuchando sus pasos correr, iba rumbo a los invernaderos, no cabía duda.
Los últimos meses se había convertido en s guarida y refugio, y por su, creo que ya todos sabemos que aquel lugar era para Sarah y Neville.

Él corrió y corrió, hasta cansar sus pies, pero no le importó, debía arreglar las cosas, él lo había decidido así. Cuando encontró a Sarah y a Neville en la enfermería, y dio por aceptado que ella no lo amaba como amaba a Neville, dijo a sí mismo que no importaba y que seguiría con ella. No podía pagar con la misma piedra, piedra que lanzaron ellos y escondieron la mano. No importaba.

Al llegar, se encontró con la chica, recargada en una mesa, con ambas manos en su rostro, y con unas zapatillas al lado, con sus pies descalzos.

-Sarah...-logró sentir, aún siendo el nudo de su garganta más fuerte.-Déjame explicarte.-insistió tratando de tomarla en sus brazos,pero solo recibió un codazo por parte de la chica.

-De nada va a servir.-dijo tratando de ocultar su voz quebrada, tramitando de aparentar que no sollozaba.-Solo...vete.

-Esto no puede acabar así-insistió Cedric, nuevamente tratando de acercarse-Se que no me quieres a mi-al escuchar eso, la chica no pudo evitar mirarlo, con los ojos llenos de lagrimas, y el corazón en mil pedazos.

-Yo te quiero a ti

-Pero a él lo amas...

-También a ti

-Se lo qué pasó el día de la enfermería, ¿cómo no darme cuenta? Y...no justifica lo que hice, estaba cegado por el enojo, perdóname por favor

-¿No debería ser yo la que se disculpara?-dijo tomándolo por la barbilla, para así conectar sus miradas.

-¿Significó algo para ti? Solo quiero saber eso...

Sarah no pudo responder más, y de hecho a llorar. Sabía que él tenía razón, pero en un acto egoísta y desesperado, por evitar el abandono de alguien más, insistió una vez más.

-Yo te quiero a ti, ya te lo he dicho antes.

Cedric sabía que mentía, pero no le importaba. Él la amaba, y no la soltaría nunca, así debía ser. Si no ha podido ser con Neville, pero con él si, debía ser por algo, así debía ser. Y se siguió aferrando a esa idea que constantemente repetía en su cabeza.

Sarah no quedaba atrás, repetía el mismo acto egoísta de querer tenerlos a los dos sin importar que.
Sabía que el estar con Neville, sería alejar a Cedric, pero el dejar a Neville como su "amigo", sería más conveniente para todos. Siempre volvería, y eso era lo que ella quería.

No la mal entiendan; Sarah se había enamorado de Cedric, pero aunque lo sabía y sin embargo, no quería aceptar el hecho de que...su amor por Neville era más grande que cualquier cosa.

Más grande que todo.

La pareja terminó arreglando todo con un lindo beso, pero un corazón vacío. Y no solo eso, también el corazón roto de Neville.

Minutos antes, y volviendo al gran comedor...al escuchar las palabras de sus amigos, y no solo eso, si no también siguiendo su instinto de amor, amor inmenso que sentía por Sarah, se decidió a ir.
Decidió ir a tirarlo todo por la borda, arriesgarse a todo y a nada, solo la siguió.

Cho le señaló hacia donde había ido, y entendió rápidamente la situación, también supo a dónde ir. Pero para su mala suerte, él llegó primero, y no solo eso, volvió a ganar.

Pero claro, ustedes aún no saben lo que sucedió aquel día cierto. Tarde o temprano se enterarán, parte por parte. Muchas de las palabras que se dijeron ahí tendrán gran importancia, especialmente para Sarah.