Capítulo 8

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Al igual que todos los Sábados habían parejas por la plaza, por las tiendas de ropa y especialmente por las cafeterías, después de todo siempre hay un descuento para enamorados.

Y ahí, en una de las mesas más alejadas dónde muchas personas estaban acarameladas con su acompañante, estaban dos adolescentes. Uno estaba analizando en las razones por las cuales lo llevaron a ese lugar y el otro, con gran furia en sus ojos, insultaba a la persona que le recomendó ir al local.

Pues dos chicos en una cafetería llena de parejas destacaba mucho, y más si estos tenían gran presencia por su belleza.

¿Ambos recibían miradas indiscretas por partes de chicas? Pues no, ya que ellas estaban imaginando una historia de amor que tenían de protagonistas a los dos. Una que otra chica volteaba a mirar para donde estaban ellos, pero era pura curiosidad la cual era cortada por su pareja quién veía la incomodidad de los dos chicos.

¿Ambos querían irse del lugar? Sí, querían irse pero ya habían hecho su pedido y era el único lugar cerca de la casa de los dos.

La mala suerte los perseguía.

Esa desdichada suerte tenía un nombre: Kaminari Denki.

¿Qué le hizo esta vez a Bakugo y a Todoroki? Pues de todo un poco.

Katsuki, al igual que las veces anteriores, se negó a la idea de que Denki se uniera a ellos. Pero esta vez fue muy diferente a lo que quería Bakugo.

–¡Oh! ¡Ayúdame!– exigió el rubio.

–¿Qué? ¿Acaso me estás ordenando que haga algo?– preguntó muy irritado Katsuki.

–¡Pues sí!– gritó Kaminari.

–¡Debes tener mierda en la cabeza si crees que eso va a pasar!–

–¿Quién dijo que te lo pedía a tí?–

–¡¿Ah?!–

–¡¡¡Todoroki!!!– gritó a todo pulmón Kaminari mientas se trepaba a la pierna del nombrado–¡Ayúdame tú!– lloraba fuerte.

–Baku...–

–¡Aléjate de él! ¡Le vas a contagiar tu idiotez!– exigió Katsuki mientras tomaba de la pierna a Denki quien se aferraba aún más a Shouto.

–¡¡¡No!!!– negó mientas daba gritos mucho más fuertes.

–¡¡Suéltalo!!– exigió nuevamente Bakugo.

–¡¡Que no!!–

–¡Ugh! Voy a tener que lavarme las manos después– se quejó Katsuki mientras soltaba la pierna de Denki para luego posicionar sus manos en las axilas del contrario y hacerle cosquillas.

¿Esto funcionó? Pues claro que sí, Kaminari estaba cerca de orinarse en los pantalones mientras se revolcaba en el piso. Pero un momento a otro dejó de sentir las manos de Bakugo en sus axilas.

Antes de que se diera cuenta, Katsuki salió corriendo mientras arrastraba a Todoroki con él. Muchas personas estaban empezando a llamar a las autoridades por el alboroto generado y no le quedó más opción que utilizar el plan C: Escapar.

Era una escena digna de presenciar, dos adolescentes corriendo de la mano sin detenerse siendo perseguidos a lo lejos por un rubio gritón.

Primer local que vieron, primer local en el que se metieron. Bakugo buscó el asiento más alejado, al encontrarlo se sentó muy cerca de Todoroki y tapó sus rostros con la carta de menú de la cafetería.

Mientras Katsuki esperaba que Kaminari pasara de largo, una mesera se les acercó.

–Buenas tardes caballeros ¿Qué se les ofrece?– preguntó.

Vengaza (bakutodo)Where stories live. Discover now