Mi Muñeca, Tu Muñeco. (Kanato x Tú)

Mis sentimientos

Ya la jornada había acabado. Kanato y (TN) se pasaron todo el día contándose sobre su vida durante los cinco años que no se habían visto

-¡Amorcito!

-¡Dukie! ¡Amor!

(TN) y su novio se abrazaron. Kanato los miraba. Se sentía extraño.

-Quisiera que él no existiera... -Murmuró el pelilila.

-¿Dijiste algo Kanato?

-Aaah, eeh, yo... no. No dije nada.

-Dukie, él es Kanato, un amigo de la infancia. Kanato, él es Duke, mi novio.

-Mucho gusto, Kanato. -Duke parecía amable.

-Gra-Gracias, igualmente. -Se estrecharon la mano.

-Oigan, ¿Quieren ir de compras? Por aquí cerca hay un centro comercial.

-Me gustaría... -Dijo Kanato.

-¡Siii! -Respondió Duke, contento.

Los dos vampiros y el humano fueron al centro comercial. Mientras Duke buscaba juegos para su "Play 4", Kanato y (TN) estaban en la tienda de juguetes, buscando ropa para Teddy y Timotea.

-Me gusta este. -Kanato había vestido a su peluche con un disfraz de príncipe.

-Yo me quedo con este otro. -Dijo (TN), mostrándole a su amigo el disfraz de princesa que Timotea llevaba puesto.

-¡Je, je! Se ven ambos muy tiernos.

-¡Podríamos jugar mañana a la fiesta del té!

-Y a la princesa y el príncipe con sus nuevos disfraces. 

-¡Ja, ja! Como cuando éramos pequeños.

Los dos parecían niños de 5 años con sus muñecos y decidiendo sus disfraces tan emocionados. Al rato, Duke salió con 4 juegos nuevos para su "Play 4" y (TN) y Kanato con 10 disfraces cada uno. 5 para sus peluches, otros 5 para ellos.

-¡Jajajaja! Parecen niños. -Opinó Duke, viendo lo contentos que estaban su novia y su amigo con sus juguetes.

Al día siguiente...

-¡¡¡SIIIII!!! -Gritó Kanato. Estaba más contento que un niño al regalarle un dulce.

-Kanato, ya te dije que no debes gritar. -Lo regañó Reiji.

-Lo siento.

-¿Qué pasa, Hermanito? -Dijo Laito, bostezando.

-Te levantaste temprano. Que molesto. -Se quejó Shu. Luego se escuchó un golpe. Era Subaru, que había golpeado la pared.

-¡Hoy viene (TN) a casa!

-¿Qué? ¿(TN)? ¿Quién es? -Dijo Ayato recién levantado. -Aaah, la chica loca que tenía a su osita de peluche. ¿Cómo se llamaba? ¿Timotea?

-¡¡¡ELLA NO ESTÁ LOCA!!!

-¡Kanato! -Lo retó Reiji.

-¡¡¡NO ME IMPORTA!!! ¡¡¡YO GRITO CUANDO QUIERO Y SE ME DA LA GANA!!!

-Kanato, cálmate o estarás castigado.

-Argh...

A la tarde...

*Toc, toc, toc.*

-¿Si? -Reiji abrió la puerta.

-Soy (TN), la amiga de Kanato. ¿Me recuerda? Vine a pasar la tarde con él.

-¡Aah, sí, (TN)! ¡Pasa!

-Chicos, llegó (TN). -Anunció Reiji.

-Hola (TN).

-Hola Kana...

-Hola (TN), cuánto tiempo, loquilla.

-La interrumpió Ayato, haciéndola enfadar, y a Kanato también.

-¡¡¡NO ESTOY LOCA!!!

-¡¡¡Y NO LA INTERRUMPAS!!!

-¡Kanato y señorita (TN)!

-...

-¡Hola, pequeña zorra! ¡Cuánto tiempo!

-¡¡¡LAITO!!!

-¡Que no grites, Kanato!

-Lo siento, Reiji.

-Hola. -Dijo fríamente Subaru.

-Eeemmm... ¿Hola? -Respondió (TN).

-Shu, no seas vago, bueno para nada. Saluda a (TN). -Reiji retó a Shu.

- Meeh, hola.

-¡Hola Shu!

-(TN), vamos a mi habitación. Ya preparé todo. -Le dijo Kanato.

-Ok.

-Mmm... Dulce olor a perversión. -Murmuró Laito mientras los amigos subían a la habitación.

-A ti todo te huele a perversión, Laito. -Le respondió Ayato. -Son unos infantes. ¿Que pueden hacer?

-Los infantes crecen, jeje.

En la habitación, Kanato y (TN) jugaban a la fiesta del té. Kanato se veía igual de contento que (TN).

-Oye, (TN), ¿Y tu novio?

-Fue a la casa de su hermana. Tenía que ayudarla a algo. No sé bien a qué.

-Y él sabe que eres...

-¿Vampiresa? No.

-¿Y por qué no le dijiste?

-No quiero que se asuste y me deje. En París no hay vampiros, que yo sepa.

-Si te ama de verdad, no debería importarle. ¿No Teddy? -El pelilila siguió jugando. -¿Quieres algo de té, Timotea?

(TN) se había quedado pensativa. Era cierto, y lo sabía. Luego, volvió al juego.

-¿Mmm? -La chica "escuchó" a su peluche.- Ah, Timotea dice que sí, por favor.

-Bien, aquí tienes Timotea.

-(TN) y Kanato siguieron jugando toda la tarde.