Capítulo 3

379 46 4
                                    

Rosa.

Desde que mi hermana menor falleció creí que nunca volvería a sentir ese dolor enorme cuando alguien te falta pero una vez más me equivoqué.

Sin Matías mi vida es una mierda, sólo a él le conté mis secretos más profundos. Sólo él sabe la razón por la cuál traté así a Celeste cuando la conocí.

-Ya deberías irte a casa -la voz de Antonio me sacó de mis pensamientos.

-No tengo sueño -respondí dejándome caer en el césped del patio de atrás del bar.

-Pero si no has dormido casi nada y debes continuar con la universidad.

-Siento que ya nisiquiera tiene sentido ir.

Alonso y yo estudiamos la misma carrera pero ahora que ya no está...
Sacudí la cabeza tratando de eliminar esos pensamientos que tengo desde que empezamos a compartir más momentos juntos.

-¿Pensando en Alonso? -me preguntó acostándose a mi lado y dándole una calada a su cigarro.

-Para nada -resoplé.

-¿Por qué no admites que te gusta?

-Me gusta, lo he dicho muchas veces.

-Y lo quieres.

-Como amigo -fruncí los labios.

-Entonces, ¿Por qué te pusiste celosa al saber que Natalia era su novia?

-No me puse celosa, me enojé porque sé que... que Matías la amaba...

-¿Por qué te enojaste cuando lo viste hablando con otras chicas de la universidad? Y a cambio, besaste a otro sabiendo que Alonso los miró.

-No sabía que nos había visto -mordí mi labio inferior.

-Si no te das cuenta de lo que sientes -se incorporó para sentarse- pronto será demasiado tarde -se levantó-. Está desaparecido pero si logra volver, ¿qué harás?

-Nada -me levanté-. Todo seguirá igual entre nosotros.

-Tal vez me engañes a mí pero no a tu corazón -me dió un beso en la frente y se fué.

Suspiré. ¿Por qué todos me dicen lo mismo en cuanto a Alonso?
No niego que es un buen chico, muy guapo y sexi pero sólo lo quiero para sexo, quien realmente me gusta es...

-Oh, no sabía que estabas aquí -me dijo una voz cálida y sensual. Celeste.

-¿Qué haces aquí? -pregunté mirándola.

-No es de tu incumbencia -se dió la media vuelta y entró al bar.

Ví su trasero moviéndose. Puede que no tenga mucho pero aún así es preciosa, la mujer más bella que he visto.

Al principio la traté mal porque al enterarme que su novio es Mauro me dió rabia.
Sé que no fué la mejor manera de hablarle, de hecho, me arrepentí de decirle todas esas cosas pero adoro verla enojada y haciendo pucheros.
Mis palabras nunca fueron para ofenderla si no para molestarla.
La seguí adentro y ví que se estaba tomando un shot de vodka.

-No pienso irme así que perderás tu tiempo si piensas molestarme -me dijo más segura que nunca.

Siento que Mauro no la merece, yo la haría más feliz.

-¿Puedo? -pregunté señalando el asiento vacía de su lado.

Levantó los hombros y continuó tomando.

-¿Puedo saber por qué llegaste sóla? -pregunté sirviendome un shot.

-Todos están dormidos y Mauro no ha llegado a la mansión -respondió sin mirarme y puso una pierna encima de la otra. Gracias al vestido corto que traía pude ver su muslo desnudo. Lo besaría sin pensarlo.

Dolor (Completa ✔) #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora