Capítulo 13

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Natalia

Hola, cariño.

Ha terminado la semana y tus tíos ya se fueron al igual que tus primos, sólo se quedó Joshua.

Hiroshi mató a Faustino como se lo pedí y eso me hizo algo feliz. También decidió quedarse en Perú por si lo llegaba a necesitar, insistió en irse de la mansión pero lo convencí de que se quedara.

Se me ocurrió que ésta es una manera de expresarte todo y en cuanto termine de escribir ésta carta la guardaré muy bien, sacaré una copia y la original la colocaré en el hilo de un globo para que vuele.

Katheryn se puso mal con la muerte de tu mamá pero dice que te extraña más a tí.

Te diría que estoy mejor pero la verdad es que cada día duele más, me haces falta y quiero confesarte que he tratado de matarme... Lo sé, es una locura pero no le encuentro sentido a la vida si no estás.

Vamos a continuar llendo a la universidad, gracias a tu papá, consiguió que continuáramos sin tener que esperar el próximo año o que nos hicieran otro exámen.

Voy a tratar de estudiar lo más que pueda de química para ser un orgullo para tí.

Recuerda que te amo, lo hago cada día de mi vida.

Tu bella Damisela. Natalia.

Guardé la carta y me dí una última revisada frente al espejo.
Mis ojeras no desaparecen por más que traté de ocultarlas con maquillaje, mis ojos rojos demuestran lo mucho que he llorado y parece que he bajado un poco de peso.

-¡Natalia! ¡Ya vámonos! -gritó Diego y rápido agarré mis cosas antes de salir pero tuve que regresarme por una sudadera de Matías. La guardé en mi mochila y salí.

-Lo siento -dije bajando las escaleras rápido.

-Me llamas si te sientes mal -me dijo mi mamá antes de darme un beso en la mejilla.

José, Lorena y Héctor hicieron lo mismo conmigo.

Salimos cada quién en su auto por parejas y Alonso decidió irse conmigo.

-¿Cómo sigues? -me preguntó.

-Peor que antes -fuí sincera.

No habló el resto del camino, sabía que lloraría y no quiero eso por ahora.
En las noches lloro con Hiroshi, me hace bien desahogarme y debo admitir que es un buen hombre.
Se enojó mucho conmigo las dos veces que traté de suicidarme pero me perdonó rápido.

Llegamos a la universidad y dudé en entrar, no estoy lista aún.

-¿Quieres que yo maneje? -me preguntó Alonso.

-No -suspiré-, ya sólo me falta llegar al estacionamiento.

Me estacioné y Rosa hizo lo mismo enfrente de mí.
Cuando bajamos fué la primera en saludar.

-Buenos días.

-Buenos días -respondimos los dos pero Alonso se quedó embobado.

-Los veo después -les dije y me retiré, tenía clase a primera hora y no quiero llegar tarde.

-¿Natalia? -preguntó Luis cuando me vió entrar al aula.

Dolor (Completa ✔) #3Where stories live. Discover now