Capítulo 2: Miradas mortales

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**Nota: Los diálogos en cursiva sucedieron en el pasado.

Harry tomó todo el asunto de la gorgona de forma demasiado personal, se podría decir incluso que actuaba de forma precipitada y es que todo tenía que todo aquello le traía recuerdos del pasado. Conocía demasiado bien el dolor de estar sujeto a la voluntad de otros, atrapado en una isla, intentando escapar de un futuro incierto donde la muerte te acecha.

Se negó a llevar a sus soldados, no los pondría en riesgo y no confiaba lo suficiente en las habilidades de estos para sobrevivir como en las suyas. Era consciente de que no estaba siendo objetivo así que no sabría liderar una tropa de la manera adecuada, así que partió en un pequeño barco a mitad de la noche esperando ser lo suficientemente sigiloso para que nadie lo notara. No contaba con que sus hombres más leales lo conocían demasiado bien y estaban esperando.

Harry estaba realmente conmovido por su gesto, ellos no tenían obligación alguna con él, aún así siempre lo apoyaban. Liartes y Niallem, no solo eran formidables guerreros, eran sus mejores amigos. Al primero lo conoció de pequeño, la madre de este se convirtió en su nodriza y fueron criados prácticamente como hermanos, Liartes era un hombre alto, casi tan alto como Harry, con unos ojos color miel, cabello ondulado y una sonrisa bonachona, era un hombre gentil y amable pero subestimar su fuerza en combate debido a esto era el último error que podría cometer cualquiera. Al segundo lo conocieron después, en una de sus múltiples misiones, quedaron encantados con el carisma del parlanchín rubio de ojos azules que parecía siempre estar comiendo. Los tres se volvieron inseparables y se llevaban bien, bueno la mayor parte del tiempo.

—Cabeza hueca te dije que que replegaras la vela, ¿Acaso quieres matarnos? —chilló el rubio.

—La tormenta empezó de la nada Niallem, no pudimos preverlo — medio Harry.

—No sé si es una suerte o una desgracia que viniésemos en una embarcación pequeña, la tormenta nos está arrastrando, pero si naufragamos tenemos más posibilidades de vivir— reflexionó Liartes.

—"tinimis ipirtinididis di vivir" Callate Liartes, deja de verle el lado bueno a las cosas, no hay nada bueno aquí, Poseidón de seguro está divirtiéndose con este espectáculo.

—Basta ambos, solo es una tormenta, el mar se calmará....—apreciaba mucho a los chicos pero en ese momento recordó por qué había preferido en primer lugar ir solo, no había momento en el que esos dos no se la pasaran peleando.

Tan pronto Harry pronunció eso las aguas se calmaron, dejando estupefactos a los soldados.

—Pero ¿Qué acaba de suceder? —inquirió el rubio.

Un rayo cayó cerca de la proa y una mujer se manifestó, era hermosa, ataviada con una gran túnica blanca y un casco de guerra, cabellos dorados cayendo en una cascada.

—A...Atenea —dijo el pelinegro con la voz cortada agachando la cabeza, asustado y embelesado por igual.

—Mi señora, supongo debemos agradecerle el que la tormenta haya calmado— Harry se inclinó ante ella.

—No agradezcas soldado, vienes a cumplir con tu destino y liberar al pueblo que debía proteger — la diosa miró en dirección a la isla con tristeza — No puedo interferir directamente en los asuntos de los mortales, pero confió en que tú lograras lo que otros no pudieron— clavó sus ojos en los verdes ojos de Harry, sonriendo levemente — Esta espada te ayudará en tu lucha — le extendió una espada dorada grabada con símbolos, un arma forjada por Hefesto en el Olimpo, algo que sería capaz de herir a los mismos dioses.

—Por..... — Harry ni siquiera pudo preguntar el porqué de su regalo, la diosa había desaparecido.

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Medusa (LS)Where stories live. Discover now