Entro a la mañana siguiente para entrenar al centro de Nuevos Vengadores. El ambiente no era para nada el de un viernes cualquiera, había una tensión la cual no comprendía, saludo y me contestan todos salvo los gemelos Maximoff.
Por si no estaba lo suficientemente desmotivada ya que mañana sería mi solitario cumpleaños, me acerco a Pietro como siempre a bromearle, pero solo recibo contestaciones secas de su parte. Me duele, puedo pensar que a perdido el interés, que nuestra chispa se apago ¿ Pero por qué tan repentino?
Pasaba de seguir arrastrándome, me voy de la instalación enfadada, me disculpo con Steve comentando que no me sentía en el ambiente de trabajo idóneo para continuar.
Llego a mi apartamento y solo se me ocurre tumbarme y mirar el techo de mi habitación, ahora entendía las cancioncitas de que el amor dolía. Es una presión en la garganta, el tener su rostro frío clavado en mi alma y comparar la relación que comenzaban a llevar Wanda y Visión y pensar: El no está enamorado de mí.
Y llega el día de mi cumpleaños, el día del amor y bla bla bla.
Por suerte Steve tenía una misión de una red de criminales, solo son contrabandistas pero necesitaba llevar a alguien, estaría el día fuera y como Natasha me prometió a la noche tendríamos una sesión de cine.
Miro el reloj antes de entrar a desmantelarles, ahora mismo Visión estará empezando su cita, espero que le vaya bien, lo planeamos todo perfecto. Vuelvo a conectar en la misión el Capitán me da la señal y entramos, la adrenalina me ayuda a no pensar.
Son criminales de pacotilla, no nos costará mucho acabar con ellos.
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Natasha. En el apartamento.
Por mucho que el ambiente se crispara, nada impediría que cuando Danielle volviera al menos estuviera yo esperándola con una tarta. Quería que fuera especial, así que decido cocinarla yo misma. Hale me había acogido en su casa sin problemas, y prácticamente se a convertido en mi apoyo junto a Steve, y se perfectamente que le duele este día porque cree que no lo merece.
Aun se culpa de haber destruido su vida.
Llaman a la puerta, esperaba como mucho a Sam quien también estaba dispuesto a venir a la "fiesta", pero era demasiado temprano. Me dirijo a abrirla y me encuentro a Pietro, parece decepcionado al verme.
— Intuyo que no soy la que querías que te abriera.— arqueo la ceja.— Dani esta en una misión con Steve.
— ¿El día de su cumpleaños?— entra y se sienta en el sofá.— Aunque la comprendo, me he comportado mal. Lo que vimos el otro día fue ella preparando una cita con Visión para Wanda. Y si no hubiera sido tan idiota yo también le abría pedido salir...
— Es comprensible que te pusieras a la defensiva, no querías resultar dañado. Pero conozco a mi amiga, el otro día intente decírtelo. Le gustas tu.— Pietro me mira mucho más relajado, parece que le dije lo que al fin quería oír.— Aun puedes arreglarlo. Preparemos algo aquí en el apartamento, me espera a mi para la sesión de cine pero creo que le gustará más tu compañía.
— ¿No te importa?— me dice remangándose decidido.
— Le pediré a Sam que me deje ir a su casa hoy. Pero la próxima vez no os pienso salvar de estas cosas de niños pequeños.— golpeo amistosa el brazo del sokoviano, ambos reímos.
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Danielle.
Acabamos al fin con una misión cumplida, Steve me deja en mi calle, veía a las parejas pasear felices, las calles adornadas son aun más bonitas de noche. Ni siquiera estar en una misión hizo que me desconectara completamente, quiero verle.
Me siento débil. Giro la llave para entrar ya en mi apartamento, me extraña no escuchar el ruido de la televisión.
— Natasha ¿ has pedido ya la cena?— entro y cierro la puerta.— Huele bien.
— Gracias.— me giro sorprendida reconozco esa voz que acababa de escuchar, era Pietro con su sonrisa que tanto extrañaba.— No lo has visto venir ¿eh?
Miro la mesa perfectamente colocada junto una tarta y las velas sin encender, había música que solo adornaba el ambiente. Son tantas emociones, tantas cosas que se escapaban que no sabía que decir.
Pero veo en su cara que necesitaba alguna reacción de mi parte, asique me lanzo hacía él y me atrapa entre sus fuertes brazos. Le escucho respirar aliviado, nos quedamos unos segundos disfrutando de nuestro agarre hasta que nos separamos para mirarnos, pero aun me tenía agarrada de la cintura.
— No comprendo, estabas distante ¿era todo para qué no me esperara lo de hoy?— le pregunto, cierra sus ojos como pensando que decir.
— Eran celos.— me sorprende, me mira fijamente.— Os vimos a Visión y a ti, no imagine que esa máquina te hablara a ti para que le aconsejarás.— comienzo a reír.— ¿Te parece gracioso Campanilla.
— No no, es de los nervios.—recupero la compostura.— Ambos, hemos metido la pata. Pero claro... ahora estás aquí y...
— Me gustas.— me interrumpe.— No quiero darle más vueltas ni montar más show. Quiero que si aceptas, podamos...
ADVERTENCIA MOMENTO HOT
No sabe que decir y opta por besarme, al principio me quedo quieta a causa de la electricidad que recorre mi cuerpo, enseguida me inundo en sus besos los cuales van abajando hasta cosquillear mi escote, levanta la vista juguetón.
— Creo que me apetece cenar otra cosa.— me susurra a apenas milímetros de mi boca y vuelve a unir sus labios con los míos.
No quise impedírselo, ambos nos adueñamos de nuestros cuerpos, solucionamos la gran tensión entre nosotros. Pietro es cuidadoso al principio, pero a medida que mis jadeos aumentaban su ritmo también.
De pronto se detiene para mirarme, mis ojos le suplicaban que continuase, pero estaba en su mundo. Se hacía de rogar, le encantaba ser el niño consentido.
— Pietro, te juro que...— no me deja que termine y me atrapa entre sus labios.
— Eres muy impaciente, para que luego digan que yo soy el más rápido.— bromea.
— ¿Enserio vas a bromear sobre tus poderes y el sexo?— le pregunto, evidentemente no me iba a contestar, vuelve a besarme.
Perdemos la noción del tiempo.
Deseaba que el tiempo se detuviera.
Pero finalmente nos dormimos con nuestros cuerpos desnudos aun entrelazados.
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