0.18 Although [Parte II]

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Todo se desvanece como cenizas sin colores.

1 semana un día antes.

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—¡Maldición! —soltó una vez estaba solo en su departamento

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—¡Maldición! —soltó una vez estaba solo en su departamento.

Su respiración estaba acelerada y a la vez cortada. Quería estallar todo o regresar y romperle el rostro al heterocromático que pareció disfrutar el momento de inmunidad que poseía.

No, él tenía razón, era quién cuidaba de Izuku mientras él había estado haciendo todo lo contrario. Y él no lo odiaba, nunca lo había hecho, es de las mejores personas para Deku, eso era razón suficiente para saber que estaría para él. Lo que había pasado solo era una muestra de lo importante que era el omega en su vida y él lo aceptaba.

Izuku estaba rodeado de tantas personas, todas mejor que él y aún así, el pecoso decidió quedarse a su lado, con el único que le hizo daño.

Suspiró sin saber qué hacer, al final de cuentas él era el único culpable de todo, entenderlo era lo que más le molestaba.

Porque las cosas serían muy diferentes si no fuera por él.

Sus manos aún seguían temblorosas, probablemente estaban peor que antes. No podía controlar sus nervios y sin darse cuenta comenzó a dar vueltas de un lado a otro, cualquiera que lo viera pensaría que estaba perdiendo la razón, tal vez así era. Estaba sumido en la desesperación.

Sus dedos revolvían su cabello como si eso pudiera ayudarlo a pensar mejor, aunque tampoco sabía en qué debía pensar.

Parpadeó varias veces al darse cuenta que en realidad no veía nada con su ojo izquierdo, y si tenía alguna pizca de visión está era anaranjada, lo sabía, la sangre se había colado por su ojo.

Con fuerza, estrujó las llaves de su hogar junto a las del auto que aún cargaba en manos y las cuales terminó por arrojar contra la repisa cristalina que adornaba su sala, el impacto estalló en la superficie esparciendo el material vidrioso por toda el área.

Su rostro, o al menos la parte visible de este, se encontraba extremadamente pálido, mientras la otra mitad se bañaba en un tono rojizo, del mismo color en el que sus ojos brillaban en furia.

Parecía que el aire se había convertido en cristal y podía hacerse pedazos en cualquier momento.

El esfuerzo por no explotar todo en mil pedazos era exorbitante, respiraba agitadamente con el sudor empapando su pelo y cubriendo su frente, otras gotas se almacenaban en las palmas de sus manos y algunas más humedecen su ropa.

No era suficiente, sentía que se ahogaba con el propio olor de sus feromonas, se plagaban en el aire y volvían el ambiente denso, uno que en esos momentos no podía tolerar.

SEMPITERNO  [Katsudeku]Where stories live. Discover now