Hacia la cima [ 1 ] | Yuji Itadori |

17

Al intentar acercarme hacia donde estaba Megumi, sentí que un brazo cayó sobre mi hombro y me detuvo en mi lugar.

Fruncí mi ceño mientras la miraba sobre mi hombro, dándome cuenta que también sostenía a Nobara.

—Ah, pobre Fushiguro —dijo Zen'in-senpai—. Aunque sea un prodigio entre los hechiceros de segunda clase, contra Todou, de primera clase, es un simple alumno de primer año. Tendré que ir a consolarlo después.

Todou-senpai comenzaba a acercarse a Megumi lentamente, aunque no era capaz de escuchar todo lo que decía.

—Oh, ya veo —sonreí, colocando mi mano sobre su brazo—. Entonces, dime, Zen'in-senpai, ¿qué serías tú al lado de una hechicera de cuasi-primer grado? ¿Una estudiante de primaria?

Ella frunció profundamente su ceño, pero sabía muy bien que no podía hacer mucho. Estaba en desventaja, aunque Nobara y yo no teníamos nuestras armas, seguíamos siendo dos contra uno.

—Si me sueltas ahora sin hacer un escándalo, prometo que no lastimaré tu rostro —continúe—. Solo lo haré porque sentiría que estoy lastimando a Maki-senpai; sin embargo, si no me sueltas antes de que cuente tres golpes más a Megumi, no prometeré nada.

—No tienes que hacerle esa promesa —dijo Nobara—. Ni siquiera se parece tanto a Maki. Ella es cien veces más linda. ¿Acaso te falta sueño? —le preguntó—. Tienes los poros abiertos.

Ella frunció aun más su ceño y apretó el agarre en nuestros hombros.

La escena que tenía frente a mí no era nada agradable. Ver que Todou-senpai ni siquiera le daba tiempo a Megumi para sostenerse en sus piernas, comenzó a enojarme cada vez más.

Conté uno, dos, tres golpes más y Zen'in-senpai aun no me soltaba. En el momento que pensé en golpearla, mi brazo se levantó rápidamente al sentir que algo se acercaba a gran velocidad desde nuestra espalda.

Lo había hecho por inercia, pero me sorprendí al tomar algo que estaba bastante acostumbrada a sostener.

Zen'in-senpai me soltó repentinamente, pero continuó sosteniendo a Nobara. Cuando volteé en su dirección, pude darme cuenta que la hoja de mi espada había pasado justo al lado de su rostro, ya que tenía una herida en su mejilla.

Probablemente pensó lo mismo que yo y, antes de voltear hacia atrás, sacó un arma y la colocó en la espalda de Nobara. Yo seguí su vista, esperando encontrarme a alguno de los senpais que hubiera lanzado mi espada en nuestra dirección; sin embargo, no había nadie.

No pude evitar sonreír al darme cuenta que mi arma había venido por ella misma.

—¿Ni siquiera pudiste decirme algo como esto, hermano? —pregunté en un susurro.

Rápidamente volteé hacia donde estaban Todou-senpai y Megumi, pero ya no entraban en mi campo de visión. Volví a ver a Nobara, a quien Zen'in-senpai seguía apuntando con el arma.

—Les enseñaré a respetar a los demás —dijo, entre dientes.

—Así que primero tendré que hacerme cargo de ti —solté un suspiro—. De verdad eres una molestia, Zen'in-senpai.

—No te preocupes —dijo Nobara—. Puedo encargarme aquí.

Contuve la respiración por un momento.

No quería dejarla sola, pero me preocupaba mucho lo que estuviera ocurriendo con Megumi. Solté un profundo suspiro y asentí.

—Volveré tan pronto como pueda.