DISPARO AL CORAZÓN

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Un solo estruendo detuvo el tiempo y aunque muchos aseguran que en un momento límite como este, la vida entera pasa por sus mentes en una fracción de segundo, yo solo pude pensar en Amelia.

Un perturbador pitido azotó mis oídos y un desagradable zumbido en mi cabeza no me dejó pensar con claridad, pero su rostro, su sonrisa e incluso su presencia me hicieron compañía.

Durante un mes planifiqué en silencio en mi mente cada movimiento que daría en pro del bienestar de mi mujer. Durante un mes incubé mis ansias de venganza y las dirigí inteligentemente para elaborar un plan infalible, aunque mis verdaderos deseos hayan sido mucho menos racionales. Durante un mes luché por domesticar a la bestia primitiva que rogaba a gritos ser liberada en contra del monstruo que había desgarrado sin piedad a la mujer que, para su mala suerte, se había convertido en mi razón de vivir. Tocarla a ella era una provocación al lado más animal de mi consciencia y volver después de diez años para seguir atormentándola como si ya no le hubiese hecho el daño suficiente, merecía sin duda alguna una drástica respuesta.

Mi aparente calma solo había sido una herramienta para enfocar mis esfuerzos en hacer de mi contraataque algo definitivo y certero, además de letal. Necesitaba erradicar de raíz aquel mal y lo haría con un solo movimiento, sin dar una sola oportunidad para el escape o la salvación.

―Lo encontré ―informó Taylor escuetamente pocos días después de haberle ordenado seguir a Jackson George y con esas dos palabras mi plan comenzaba sin tener posibilidad de retorno.

―No lo pierdas de vista y mantenme informado ―Fue todo lo que le dije antes de finalizar la llamada y no me sorprendió que, durante esos días, Thomas hiciera un detallado reporte diario de lo solicitado. Ser competente era su principal característica.

Si bien es cierto, obtuve toda la información necesaria sobre Jackson George en los primeros días de investigación, que él se comunicara conmigo era la segunda etapa de mi estrategia, así que pacientemente esperé a que encontrara la forma de hacerlo, sobre todo después de que notara que el teléfono que tenía de Amelia, ya no le serviría para nada.

Cinco días más tarde, la esperada llamada llegó.

―Eres rápido ―No hubo saludo ni presentación, pero tampoco la esperaba. Podía identificar su voz como si me hubiesen programado exclusivamente para ello― No te costó mucho sacar a mi chica del radar.

―Y tú eres demasiado lento ―ironicé con confianza― Te dije que desde ahora en adelante te comunicarías directamente conmigo y, aun así, tardaste casi dos semanas en llamar. Podría apostar que trataste de llamar a Amelia y volver a amenazarla ―Solté una carcajada maligna y fríamente calculada. Quería provocarlo, quería asegurarme de que su odio se concentrara en mí y que atacarme fuese su único propósito, porque su arranque de ira era parte crucial de mi elaborada maquinación― Eres más estúpido de lo que pensé. Creo que te sobrestimé.

―Espero que no tenga que arrepentirse de sus palabras, señor presidente.

―Y yo espero que tu recuerdes esto ―Me dispuse a disparar mi primera munición verbal― Nunca me arrepiento de lo que digo, grandísimo hijo de puta.

Las conversaciones jamás fueron cordiales, pero yo me esforzaba por desenvolver mis habilidades de incitarlo sin pasar su nivel de tolerancia, porque no me servía de nada que se ofuscara e interrumpiera el dialogo en medio de una rabieta. Lo necesitaba ahí, atento y entusiasmado con la idea de timarme, creyendo que yo era la presa cuando realmente era él quien estaba parado sobre las frágiles ramas a las que le bastaba un suave movimiento para activar la trampa.

Estaba en medio de una partida de este complejo ajedrez cuando Amelia me habló de Donovan y no me preocupó que la reina de mi tablero pensara en un heredero para la corona, me asustó que mi oponente viera en ello un nuevo objetivo. Esa fue la única razón por la cual la incentivé a tomar las cosas con calma, porque si se hubiese tratado solo de hacerla feliz, no hubiese opuesto peros.

MRS. PRESIDENT - Trilogía Cómplices III [EN CURSO]Where stories live. Discover now