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El fin justifica los medios.

Conocer de la vida... Saber de los hombres y siempre estar listo para cerrar las piernas cuando es necesario y requerido.

Ese era el día a día en la vida de Min Yoongi.

A sus 28 años, con una carrera universitaria terminada en medicina pediátrica, cuerpo menudo y llamativo de bonitas curvas. Piel pálida, ojos encantadores y grandes aspiraciones, así como ambiciones, podía ser muy cálido como frío. Mezclando la avaricia con la terquedad.

Había nacido en una pequeña provincia de Daegu. Uno de los estados, en esa entonces, más pobres de Corea del Sur.

Siempre tuvo grandes sueños que ansiaba cumplir; amante de los niños y pro-vida, decidió ejercer pediatría.
Claro, eso cuando vivía en su nube de infancia.

A los 14 años, cuando murió su papá, decidió salir de casa para buscar mejores oportunidades en la ciudad ya que su familia, que se llena en su hermana mayor, su madre y él, estaba atravesando por una crisis en la que se había decidido que no estudiaría el instituto.

Llegó a Seúl con una gran esperanza.
La misma que se desvaneció cuando comenzaron a rechazarlo en lugares de buena paga por ser menor de edad.

Eso lo llevó a ser mesero en una pequeña cafetería donde le pagaban 10.75 wones por cada cliente que atendía en el día.

Una noche cuando iba de regreso a la pensión que rentaba, lo asaltaron quitándole sus pocas pertenencias. Lo golpearon y trataron de abusar de él.

Allí conoció a quien se convertiría en su mayor confidente.

Jung Hoseok era un chico menor que él. Le contó que era originario de Gwangju pero que terminó vagando en las calles de Seúl luego de un accidente donde perdió a sus padres. Tenía una hermana mayor que cuidaba de él y trabajaba lavando ajeno para darles de comer y pagar el pequeño espacio en donde tenían dos catres, una estufa de una hornilla y el pequeño espacio de 1×1 que era su "baño".

Ellos le ofrecieron su ayuda cuando más lo necesitó. Y entonces fue que Yoongi comenzó trabajar más para rentar un cuarto más grande y llevarse a los hermanos Jung con él.

Pasaron los años, y ellos tres se habían vuelto inseparables.

Jiwoo se había vuelto la mamá de ambos, guiándolos y abrazándolos cuando de problemas emocionales se tratara.

Ahora, con 17 años, Yoongi estaba en segundo semestre de instituto. Publico, pero la cosa era aprender y poder estudiar; ganó una beca gracias a su buen desempeño y logró salir de allí a los 19 años. Por supuesto que se sintió orgulloso de sí mismo.

Crecieron, Hoseok pudo estudiar y Jiwoo se volvió ayudante de una diseñadora en un pequeño taller de costura cerca de donde rentaban.

Con 21 años, y luego de haber ahorrado lo suficiente, Yoongi comenzó a estudiar medicina pediátrica.
Recuerda las veces que pidió dinero a su noona para comprar materiales que le hacían falta.
También cuando tuvo que perderse uno o dos talleres porque los cobraban y si los pagaba no le alcanzaría para la reinscripción.

Las veces que lloró, y las veces que rió.
Los desvelos estudiando para pruebas, exámenes y su tesis. Oh, como extrañaba sus tiempos de universitario.

Los 5 años que estuvo allí.

También recuerda cómo fue que su actual vida comenzó.

Only men © JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora