Capítulo 29: Chenqing

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Sin darse cuenta se había quedado nuevamente dormido. Estaba tan cansado.

Despertó a la mañana siguiente al sentir el picoteo de un ave sobre su cara- ¡Hey! ¡Aún estoy vivo! - Reclamó espantando al pájaro, pero el ave solo voló a su mochila y se quedó observándolo inclinando su pequeña cabeza de un lado al otro-Será mejor que busques alimento en otro sitio. Shuuuu- Agitó sus manos hacía el ave sin éxito "Genial apenas llego a Yiling y un ave ya me ve como su alimento".

Podía escuchar como el murmullo de la gente había aumentado. Las personas estaban circulando con tranquilidad ante el comienzo del nuevo día, iban a sus trabajos, escuelas, a donde sea que les corresponda. Giró y al ver que el ave se había ido agarró su mochila y decidió salir del callejón a recorrer Yiling con detenimiento.

Decir que no se sentía nervioso sería mentir. Apenas tenía recuerdos de su vida ahí, no sabía por dónde comenzar.

El sol era muy fuerte y todo se encontraba decorado de verde y rojo anunciando la navidad que se acercaba. Palpó sus bolsillos esperando encontrar algo de dinero, apenas unas monedas le quedaban, no le alcanzaba para nada. Volvió a guardar sus monedas tenía que encontrar una forma de conseguir dinero rápido.

Caminó el resto del día viendo si alguna tienda necesitaba de empleados, pero rápidamente era rechazado porque no podían fiarse de alguien que no tenía una vivienda fija. Rendido se sentó en una calle y comenzó a tararear cualquier melodía que se le vino a la mente. Algunas personas se detenían a escucharlo y otros comenzaban a tirarle monedas. De pronto un recuerdo vino a su mente, cuando era pequeño hacía algo parecido con su madre cuando se acaba el dinero. Ella cantaba y las personas soltaban monedas, mientras él sonreía y las recogía. Solo que ahora era él quien cantaba.

Sonrió al recoger las monedas, le alcanzaban para un sándwich y tal vez agua. Decidió dejar de tararear y se puso a cantar.

- ¿Sabes la de Watermelon sugar? –Dijeron un grupo de chicas que por sus ropas podía deducir que acaban de salir de clases. Ese grupo no pudo resistir a su voz y enigmáticos ojos grises por lo que se quedaron, algunas dejándole dulces.

Wei Ying sonrió y se puso a cantar.

Watermelon sugar high🎶🎶

No estaba mal, tenía ingresos. A eso de las ocho de la noche las personas poco a poco comenzaron a dejar de circular, no entendía bien por qué. En Gusu y Yunmeng las personas tendían a salir más de noche, por lo que la circulación de gente debería de aumentar. Con lo recaudado se dirigió a una tienda que estaba por cerrar y se compró algo para comer.

El local era atendido por una señora mayor, ella lo miró de arriba abajo y le sonrió gentilmente- ¿Eres el que cantaba? –

-Sí, perdón si le ocasioné alguna incomodidad- En caso de causar molestias a los comerciantes se había planteado rotar de sitios. No quería que algún comerciante se queje llamando a la policía y enterándose de quién era él.

-Todo lo contrario, jovencito, tu voz atrajo gente-Le pasó la comida y luego le dijo-Regresa rápido a tu casa, pronto se pondrá peligroso-

Wei Ying se sorprendió por el concejo, pero le hizo caso. Se despidió de ella y se fue al callejón. Abrió su comida y empezó a tragar de lo hambriento que estaba, mientras hacía cálculos de cuánto dinero necesitaría para poder comprar algo mejor y poder por lo menos no dormir en un callejón.

"Tal vez si le hago ojitos a las estudiantes suelten más dinero" Siempre había sido popular entre las chicas, coqueteaba con muchas antes de salir con Lan Zhan, tal vez no había perdido el toque. El nombrar a Lan Zhan en sus pensamientos hizo que mirara el cielo estrellado preguntándose que estaría haciendo él en ese momento, pero no le hacía bien pensar en Lan Zhan por lo que se dio unas palmadas en la cara para reaccionar y volvió a pensar en su nuevo emprendimiento.

MírameWhere stories live. Discover now