I.✿

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Harry despertó energético y sabía que tenía que estar así para controlar a un grupo de al menos treinta niños.

Se levantó de la cama para darse una ducha rápida y vestirse con ropa cómoda.

Peinó sus rizos perfectamente con un poco de gel para definirlos y tenerlos en control.

Decidió ponerse sus lentes ya que no encontraba los de contacto.

Desayunó tranquilamente ya que la hora de entrada es a la nueve de la mañana y apenas eran más siete.

Harry había decido estudiar como pedagogo ya que amaba enseñar a niños pequeños y sentía una conexión con ellos, además de que sabía la importancia de darles clases porque los primeros años de vida son los más importantes para el desarrollo del niño.

Su padre no estaba muy desacuerdo en que estudiara eso ya que creía que esa carrera era solo para mujeres, quería que Harry estudiara algo que los hombres ejercen como medicina o leyes - lo cual a Harry se le hizo estúpido y muy estereotipado-, el ojiverde se negó rotundamente y al mayor no le quedó de otra que apoyarlo.

Dio los últimos sorbos a su espumeante té de manzanilla con limón para lavarse los dientes y acomodar su material didáctico para la clase de hoy.

Estaba empezando a enseñarles a leer ya que los dos primeros años, las maestras les enseñan a tener control en motricidad.

Salió de su departamento, abrigándose para no pescar un resfriado.
Lo menos que quiere es enfermarse y dejar de ver a sus niños.

Entró a la colorida escuela “Sweet Habit”.
Saludó a todo el personal con una sonrisa.

Harry es la persona más risueña que alguna vez vayas a conocer.
Las paredes eran colores pasteles adornados con pequeñas manos de los estudiantes al igual que los dibujos que hacían.

Entro a su respectivo salón a dejar sus pertenencias y acomodar el material.

Ama recibir a sus alumnos a la entrada de la escuela así que eso hizo.

Recibió a cada uno de los pequeños con una sonrisa de oreja a oreja haciendo lucir la pequeña hundidura de su mejilla

— Buenos días, maeto Haddy. — saludó el pequeño Tomlinson.

— Buenos días, William y buenos días Jay. — saludó Harry con una sonrisa sutil. — despídete de tu abuela.

La señora Jay es a la única que tuteaba pues había sido la única madre que no había tratado de coquetearle.

— Adiós, abu. — sonrió el niño dándole un beso en la mejilla a la mujer, corrió para tomar la mano del ojiverde.

William es el consentido de Harry ya que desde el primer momento que lo conoció sintió la necesidad de protegerlo más. Además de que a sus cortos cuatro años ya sabía leer y escribir.

Quiere a todos sus pequeñitos por igual a excepción del ojiazul que lo trataba diferente, como dándoles estrellitas o unos sellos en su trabajo por ser el más inteligente del salón.

Esperaron pacientemente a los demás niños hasta a el último que siempre llegaba tarde.

— Buenos días, Brandon. — sonrió Harry.

Su mamá se despidió de su hijo y del maestro.

Los niños se tomaron de las manos y en fila entraron al salón.
Cada uno se sentó en sus mesitas y sacaron su cuaderno de cuadros 5x5 mm.

Harry imitó lo mismo, sacó de su carpeta algunos papeles que no le dieron tiempo de revisar.

Pasó lista revisando si todos los alumnos están presentes.

— Muy bien, amores. El día de hoy veremos el abecedario. ¿Alguien sabe qué es? — miró espectante a los niños.

Todos negaron excepto el favorito de Harry. El ojiazul levantó su brazo esperando que Harry le diese la palabra.

— ¿Si, Tomlinson? — sonrió.

— Son una agupación de letas. — el niño estaba conforme con su respuesta y como lo esperó Harry asintió.

— Muy bien, William. Es correcto, el abecedario es un conjunto de letras que se ocupa en la mayoría del mundo. Sirve para formar las palabras que nosotros querramos.

Los infantes hicieron un sonido de sorpresa excepto el ojiazul pues él ya lo sabía.

— Así que, les enseñaré los sonidos que producen. ¿Alguna pregunta antes de empezar?

—¿Los vamos a depetid? — preguntó una pelirroja.

— Exactamente, Mary.

Harry pronunció cada letra y los niños repetían lo que decía.

La clase pasó rápido como siempre y Harry les dejó de tarea traer algún objeto que empezara con la primera letra de sus nombres.

El pequeño William no sabía que podía llevar para cumplir su tarea pero como el chico inteligente que es ya se le ocurriría algo.

Harry despidió a cada uno de los chicos al igual que de sus coquetas madres.

— Despídete del maestro Styles. — dijo Jay al castaño.

— Hata luego, maeto Haddy. — sonrió haciendo que sus ojos se achicaran y mostrarán pequeños pliegues a los lados.

— Hasta mañana William y Jay.

Ambos ojiazules se fueron caminando.

Harry soltó un suspiro de cansancio, tener en orden a muchos niños menores de seis años acababa con su energía y es por eso que se dormía temprano.

Entró nuevamente a su salón a acomodar sus pertenencias y la mesas que los niños habían desacomodado, se despidió de las demás maestras y salió del lugar para dirigirse a su pequeño departamento.

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Holaaaa.

Espero que en un futuro les guste ésta fic ya que según yo será muy cute y soft, idk.

Lots of love.
Bay.

𝑲𝒊𝒏𝒅𝒆𝒓𝒈𝒂𝒓𝒕𝒆𝒏 [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora