XII.✿

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Veinticuatro de diciembre estaba a la vuelta de la esquina, por lo cual Louis cumpliría años.

Harry no tenía ni la menor idea de que podría regalarle al ojiazul si ya lo tenía todo.
Sólo bastaba con mirar la ropa que usaba, su casa y eso incluía a su auto, sin mencionar que tenía varios sirvientes en su enorme hogar.

Con un suspiro de frustración dejó el reloj que valía todo su sueldo de maestro. No estaba en condiciones para regarle algo caro y extravagante.

Agradeció a la vendedora del local de joyería y salió del establecimiento.

¿Qué podría regalarle a Louis?

«Vamos, Harry. Piensa, piensa. No debe ser tan difícil. Es un hombre.»

No pudo pensar en el regalo perfecto para Louis, estaba decidido a no ir a la fiesta, el problema es que Zayn lo llevaría y nunca le puede decir que no al moreno.

Siguió caminando por el centro comercial, hasta que vio cierta cabellera castaña y rizada parada en medio del corredor, mirando con temor a todos lados.

Harry se acercó rápidamente.

— ¡Maeto Haddy! — sollozó William aferrándose a las largas piernas del mayor.

— Owww bebé. — lo cargó y secó las lágrimas del pequeño con un pañuelo. — ¿Qué haces solo?

— M-me peldí. — hizo un puchero. — V-vine con mi papi y no sé en dónde está.

— De acuerdo, vamos a buscar a papi. ¿En dónde los viste por última vez?

— En una tienda de postles.

«Genial, hay como mil tiendas de esas»

Empezó a caminar merodeando por la parte superior del centro, tratando de ver a Louis pero no tenía éxito.
William había dejado de llorar y estaba más tranquilo, aferrado al cuello de Harry y recargando su cabeza en el mismo.
Con la mano “libre” - no estaba tan libre porque aún cargaba las bolsas de sus compras - pudo sacar su celular de su chaqueta, buscó el número de Louis y William no pudo evitar echar u  vistazo rápido al móvil.

Miró cómo Harry tenía registrado a su papá.

Probablemente el amor de mi vida 💙

Trató de no reírse por lo cursi que era su maestro. El ojiverde llamó a Louis y su llamada rápidamente fue atendida.

— H-Harry no es un buen momento. — la voz de Louis se escuchaba agitada y algo quebrada, supuso que había llorado.

— Encontré a William. — trató de no quebrarse por la desesperación del mayor.

— ¿Q-qué? Dime que no es una broma, por favor. — su voz había cambiado.

— Dile hola a papi.

— ¡Papi! — habló William mientras sorbía su nariz.

Louis soltó un suspiro de alivio. Su alma había regresado a su cuerpo.

— Bebé, ¿estás bien? — Preguntó Louis.

— Lo está, te enviaré la ubicación para que vengas.

Louis aceptó, en menos de diez minutos había llegado hacia ellos.
Harry bajó a William y este fue directo a abrazar a su papá.

El ojiazul mayor se puso de cuclillas para estar a la altura del niño.
Lo besó repetidas veces por toda la cara mientras lo abrazaba fuertemente.

— No vuelvas a escapar de nuevo, no sabes cuan preocupado estaba. No sé que haría si algo te hubiera pasado. — su voz sonaba más aguda de lo normal. — Promételo, William Tomlinson.

𝑲𝒊𝒏𝒅𝒆𝒓𝒈𝒂𝒓𝒕𝒆𝒏 [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora