9. - Capítulo II : El Pueblo Southwheat

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Nunca se imaginó a lo que había aceptado esa noche, y era muy tarde para que pudiera echar marcha atrás.

El pueblo de Southwheat estaba a un par de horas de su ubicación, no muy lejos y ni muy tarde para llegar a tiempo.

Apenas salieron los primeros rayos del sol, el fuego mágico cedió y se extinguió. Nonek se levantó de su posición y luego desenvaino su sable para observar su reflejó en la hoja de este.

Su mirada caía sobre él, incluso desconocía en momentos a quien estaba observando. Por segundos le pareció ver una imagen oscura de sí mismo, idéntico a un demonio. Su aura oscura, sus ojos rojos sangrientos y una armadura totalmente negra y opaca.

La princesa Aki al voltearse a verlo se percató de ello, pero no vio la figura demoníaca que él estaba apreciando en esos momentos.

—¿Sucede algo?.— Preguntó suavemente mientras ladeo su cabeza un poco hacia la izquierda.

Nonek volviendo a la realidad cómo tal, guardo su sable y simplemente ignoró la pregunta de la princesa.

—Vigilantes, ¿todo en orden?.

No hubo respuesta alguna. Nonek se llevó la mano derecha al oído y presionando su casco con dos dedos repitió las mismas palabras.

—Vigilantes, ¿todo en orden?.

Nuevamente, no recibió respuesta alguna.

— Maldición, ¡Observadores!.

Esta vez fueron rodeados por ocho criaturas que rápidamente se inclinaron ante ellos.

—¿Qué es lo que ocurre, mi señor?.

—Los Vigilantes no se reportan, algo debió ocurrirles. ¿Tienen idea de lo que pudo ser haber sido?.

Los observadores mantuvieron todo el tiempo sus cabezas baja, cómo señal de respeto.

—Anoche, los Vigilantes detectaron a un grupo de aventureros de rango Mythril recorriendo los perímetros de su área de vigilancia. Fueron considerados como seres hostiles y emprendieron una emboscada. Todos los Vigilantes cayeron ante los aventureros y ellos se marcharon del bosque.

Nonek se mantuvo pensativo un par de segundos antes de agradecer a los observadores y regresarlos a sus puestos, a todos excepto a uno que estaría detrás de la princesa en todo momento.

Y así, con todo en orden nuevamente, continuaron con el viaje que tenían.

El caminó creado era lo suficientemente amplio para que dos carruajes pudieran pasar a altas velocidades de un lado a otro, por lo cual serían fácilmente visibles ante los ojos de cualquiera.

Considerando que los monstruos y las criaturas temen los caminos por los constantes exterminios que ocurren, no habría problemas en continuar por esa senda.

Durante las dos horas que estuvieron caminando, la princesa Aki comenzó a extrañar a sí familia y él palacio. Jamás había estado afuera tanto tiempo y sin escoltas.

No podía sentir miedo debido a que todas esas emociones eran suprimidas, o felicidad, o angustia, o furia.

Con el pasar de las horas se sentía menos humana, y eso le recordó brevemente a su familia. ¿Estarían bien? ¿Cómo estarían enfrentando estas nuevas circunstancias? ¿Aún la querían ver muerta o ya estaban preocupados por encontrarla?.

No podía arriesgarse y simplemente ir con ellos, tampoco sabía cómo sería recibida por su pueblo. Y, considerando que fuera factible el poder volver, ya no sería lo mismo sin sus sirvientas, o la confianza que solía haber entre ella y los que habitaban y recorrían el palacio.

La Princesa Vampiro; Un Mundo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora